Crece la expectativa. Los indignados han irrumpido y están marcando el paso informativo. Si nos atenemos a la reacción de las cadenas de la caverna, algunos han recibido el mensaje de manera muy directa y como se trata de parar la involución, de fumigar al franquismo emergente, se lo han tomado personalmente. Así lo han sentido en la falange de la TDT, que han lanzado a sus más fieros intoxicadores y violentos provocadores a las calles, las terrazas y los platós. La actitud de Intereconomía, Veo7, La 10, Libertad Digital, para señalar, es de lo más infame que se ha visto nunca jamás. Insultos, agresiones verbales, maldades, les sale el azufre por los ojos, aunque sean tuertos, y cuando se les dice que no se les va a contestar o se les llama lo que son: fachas, fascistas, encima se enfadan. Esto sí que es la más pestilente y auténtica basura informativa.

Pero como no solamente de los indignados vive el monstruo televisivo, hay que analizar con la misma lupa las declaraciones de Paolo Vasile, que dice con su cuajo de cinismo berlusconiano: «hablar de telebasura es racismo intelectual». No tiene desperdicio la frase salida desde el aparato fonador del rey de Tele 5, del fabricante de productos intelectuales de la categoría de Belén Esteban o Pilar Rubio, el promotor de todos los GH, de los programas más profundos sobre las relaciones humanas. Ya lo decía otro intelectual orgánico de Tele 5, Xavier Sardá, que cuando alguien acusaba a su «Crónicas Marcianas» de telebasura, decía «¡y yo en tu padre!».

Voy a darle una pizca de razón a Vasile. Hay una postura muy superficial al tratar a ciertos programas con cierta suficiencia y desprecio. Es verdad. Uno dice telebasura y parece que ya es un filósofo existencialista, y la verdad es que existe mucha tela que cortar, mucho que matizar, pero la telebasura, haberla, hayla. Y quien lo señale no es racista. Probablemente tampoco intelectual. Se trata de una definición excesivamente pragmática. Para mí telebasura es justo lo que no ven los que han salido a la calle. ¿Me explico? Es la que pretende la simple alienación de quien la mira, la oye o la duerme. Sea «Sálvame» o «El gato al agua».