EFE | DONOSTIA

La expedición de Edurne Pasaban llegó ayer al campo 3 del Everest, a 7.200 metros de altitud, en su camino hacia la cumbre más alta del mundo, que la montañera quiere hollar sin oxígeno. Pasaban comentó en su «twitter» poco antes de las 13.00 -hora de Euskal Herria- que todos los miembros de su equipo subieron bien desde el campo 2, situado a 6.400 metros, donde pasaron la noche.

Pablo Díaz-Munio, doctor de la expedición Desafío 14+1, explicó en la página web de la alpinista que tardaron seis horas y media en alcanzar el campo 2, un «marcón» teniendo en cuenta el tiempo empleado por otras expediciones y que sus tiendas se encontraban «en lo más alto de aquel gran poblado».

Díaz-Munio comentó además que el campo 2 fue «mucho más cómodo de lo habitual» y que no estaban preocupados por las condiciones meteorológicas, pues esperaban realizar el ascenso sin viento y con nieve, que confiaban en que fuera poca. Según sus palabras, la expedición sigue en busca de su objetivo con «buen ánimo, buen rendimiento y nervios controlados». «¡Todo va perfecto!», aseguraba Díaz-Munio antes de descansar para acometer la subida al campo 3.

Juanito. La expedición de Juanito Oiarzabal, Juanjo Garra y Lolo González a la cima del Lhotse también llegó al campo III situado a 7.100 metros. El gasteiztarra y sus compañeros afrontarán hoy otro tramo que les lleve a los 7.800 metros y quieren pisar cumbre mañana.