En el penúltimo día de campaña, fueron numerosos los actos en que Bildu reivindicó otra política socioeconómica, con prioridad para las víctimas del paro. Un discurso que es contestado cada vez más desde PSE y PNV. A modo de ejemplo, el candidato a diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, aseguró en respuesta que «la mejor garantía» para impedir «el control» de la coalición es votar al PNV.

«Su aval de presentación es el 'no' a los grandes proyectos del territorio», dijo Olano en un acto en Pasaia, donde promueven el polémico puerto exterior. «No vamos a permitir que se paralicen los proyectos estratégicos de Gipuzkoa», añadió.

El lehendakari, Patxi López, también rechazó los acuerdos con Bildu. Criticó que «hasta Iñaki Azkuna ¯candidato a la reelección como alcalde de Bilbo¯ ha manifestado su deseo de pactar con Bildu» y se preguntó, por la línea de Olano, «qué se puede pactar con Bildu si no es la paralización, división y enfrentamiento».

La fuerza que ha cogido Bildu en campaña motivó la protesta del vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, que pasó por Bilbo. Allí dijo que el Tribunal Constitucional «y algunos a su alrededor, han hecho dos cosas respecto a Bildu: primero, legalizarla, pero, en segundo lugar, le han hecho una gran campaña de imagen».

Con parados en Iruñea

Bildu, por su parte, recalcó su apuesta por las políticas sociales y contra los macroproyectos en actos celebrados en Barakaldo, Gasteiz, Tutera o Iruñea, donde el cabeza de lista al Parlamento navarro, Maiorga Ramí- rez, recibió a un grupo de desempleados.

En declaraciones posteriores, incidió en que la sociedad «ha dicho `basta ya'» y que exige «un cambio social y político urgente» para poner coto a cuestiones como «la auténtica hemorragia de desempleados». Bildu se compromete a ser su «altavoz» y a poner esta cuestión «en el primer puesto de prioridades» cuando se constituya el nuevo Parlamento.

Ramírez añadió también que tras el 22-M «la mejor medida anticrisis en Nafarroa es desalojar a UPN».

Bikendi Barea, sindicalista y número 3 al Parlamento, añadió el recordatorio de que «existe riqueza, pero hay que redistribuirla. Es imprescindible una reforma fiscal que aumente la recaudación recuperando el Impuesto del Patrimonio, mediante la subida del Impuesto de Sociedades, la equiparación de la aportación de las rentas de capital con las rentas de trabajo, la subida de tasas y tramos a las rentas más altas y una subida del IVA a los productos de lujo que permita bajarlo a los productos esenciales, así como una persecución real y decidida del fraude fiscal».

«Su programa es idéntico»

En otro territorio emblemático para los trabajadores vascos, Ezkerraldea, intervinieron Oskar Matute y la candidata a diputada general por Bizkaia Zuriñe Gaintza. Defendieron también como «urgente» una «fiscalidad progresiva» que permita aumentar el gasto social. Matute expuso que «hay que romper el trato de favor» y acabar con prácticas como la «vergonzosa» supresión del Impuesto de Patrimonio «a instancias del PSOE, el PP y el PNV».

«Las grandes empresas están contentas, porque el PSOE y el PNV reforman las condiciones laborales para facilitar los despidos y rebajan la carga impositiva de los grandes empresarios», recordó el líder de Alternatiba.

Los dos mítines principales de la tarde-noche de Bildu se celebraron en Tutera y en Gasteiz, donde se llamó a llenar las urnas de votos por el cambio. El ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, abogó en Gasteiz por que Euskal Herria se dote de los instrumentos esenciales para su desarrollo, «los que tiene cualquier Estado», para afrontar la crisis por sus propios medios y que las conquistas sociales «no den un paso atrás».