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Iker BIZKARGUENAGA Periodista

Esta s� es una goleada mundial

Despu�s de pasarme los tres primeros d�as de la semana analizando con todo detalle, pueblo a pueblo, los resultados electorales del domingo pasado, iba a dedicar esta columna a exponer mis infalibles teor�as sobre el nuevo escenario pol�tico y el cambio sociol�gico -este concepto se ha puesto de moda en cinco d�as- que se ha producido en este pa�s. No era para menos.

Que Bildu le haya zumbado al PNV en Lemoa, Arrankudiaga, Sopela, Urdu�a o Zeberio; que todo el norte de Araba, desde Aiara hasta Asparrena, sea de izquierdas y abertzale, y que la juventud gasteiztarra haya votado en masa a la candidatura del ovillo; que en Tafalla UPN haya necesitado de la foto finish y que Barcina lleve una semana con una depresi�n de caballo -de Gipuzkoa qu� vamos a decir, que se cojan todos un mes de vacaciones, que se lo han ganado- bien merec�a un par de sesudas reflexiones, de esas que me sal�an de carrerilla a las tres de la ma�ana del d�a de autos.

Pero resulta que estos d�as a todo el mundo le ha dado por escribir de lo mismo, y el �efecto Bildu� ya debe estar en manos de la comunidad cient�fica internacional. As� que no me ha quedado m�s remedio que cambiar de tercio, y he decidido robarle a una amiga el comentario que me hizo cuando las encuestas de EiTB dejaron de ser broma y los votos abrieron un nuevo tiempo en Euskal Herria.

Me record� esta amiga lo que ocurri� hace apenas unos meses, en pleno verano, en las calles de muchas localidades vascas. La selecci�n espa�ola -me niego a llamarla �La Roja� por respeto a las miles de rojas y rojos de verdad pasados a cuchillo por los fascistas- acababa de ganar el mundial de f�tbol y una ola espa�olista parec�a a punto de inundarnos. Era el s�mbolo de la �normalidad� promovida desde Lakua e Iru�ea por pol�ticos con alma de gobernador civil. Los medios afectos al r�gimen dec�an que el gol de Iniesta nos hab�a igualado con �el resto de Espa�a� y que la gente ya no ten�a miedo de sacar a paseo su espa�olidad. Se les olvidaba que quedaba el partido de vuelta.

El 22-M ha puesto a cada uno en su sitio, y la sociedad vasca ha metido una goleada de esc�ndalo a quienes quieren que seamos como Sergio Ramos.

Vamos ganando, pero el partido no ha acabado, el �rbitro est� comprado y a nosotros no nos vale con el empate.

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