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La Semaine du Golfe de Mor Bihan: Viento en las velas

Desde el 31 de mayo hasta el 5 de junio se celebra en las costas bretonas de Mor Bihan una de las reuniones de barcos de vela tradicionales más importantes del mundo: La Semaine du Golfe. El país invitado ha sido Euskal Herria, y nuestros barcos han enfilado allí su rumbo.

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Koldo LANDALUZE | DONOSTIA

Un breve vistazo a nuestras costas nos descubre la fisonomía de un escenario cambiante y la advertencia de la desaparición progresiva de un modelo de vida y cultura ancestrales. Hoy apenas hay cabida para una flota pesquera que, año tras año, ve notoriamente reducida su presencia en el amarre de los puertos.

Por este motivo, merece la pena ser recordada la labor de colectivos como Albaola Elkartea o Euskal Bateleroak, los cuales vuelcan sus esfuerzos en perpetuar la memoria histórica de nuestras costas reconstruyendo o reparando aquellas embarcaciones que fueron utilizadas por nuestros pescadores aquí o en la inhóspita Terranova. Dicha labor ha alcanzado un alto grado de reconocimiento en La Semana del Golfo que durante estos días, desde el 31 de mayo hasta el 5 junio y cada dos años, se celebra en las costas de Bretaña.

La Semaine du Golfe de Mor Bihan es la reunión más notoria de barcos de vela tradicionales y, en esta su décima edición, adquiere especial relevancia el hecho de que haya sido Euskal Herria su invitada de honor.

Recorrido

Como embajadoras de nuestro pasado marítimo, las proas de nuestras pequeñas embarcaciones pesqueras y balleneras han enfilado su rumbo, a golpe de vela y remo, hasta la maraña de islas que se concentran alrededor de un mar cerrado de más de 5 kilómetros de ancho y 21 de largo y que se abre hacia el océano a través de un estrecho y peligroso paso entre Port-Navalo y Locmariaquer. Siguiendo las variadas rutas establecidas en el recorrido de las regatas y seleccionadas según sus características -txalupas balleneras, barcos latinos, Gigs de Cornualles y Scilly, navíos de tres palos que espolean nuestra imaginación- llevan a cabo un recorrido zigzageante y señalado con escalas en puntos como Ile d´Arz, Port-Navalo, Le Logeo, la bahía de Kerlédan o Doryplume.

En este escenario el tiempo se detiene y busca el sosiego y encanto marino que siempre se ha asociado a los foques y las velas. Embarcaciones de muy diverso calado y velamen se concentran alrededor de las 40 islas que salpican el golfo y siguiendo la estela de los más de 1.500 barcos que sueltan todo su trapo, se desarrollan múltiples iniciativas paralelas en clave festivo-cultural y que el programa de esta edición incluye exposiciones como la que se celebra en el castillo de Kerguehennec o talleres relacionados con el cuidado y reconstrucción de embarcaciones antiguas.

La presencia de los más de 5.000 tripulantes, muchos de ellos ataviados con las ropas originales que vistieron los primeros marinos de aquellos barcos, y 200.000 visitantes enriquecen la ya de por sí atractiva estampa colorista de las velas que enarbola nuestro legado marítimo y que contará con la oportuna banda sonora de grupos musicales que, como en el caso de Maï Mor, Sacree Bordee, Taillevent o Lak a Barth, cuentan con un repertorio exclusivo de canciones marineras que animan las fiestas que se celebran en los diferentes puntos de atraque.

Durante estos días únicos, en lo alto de la colina Bilgroix, es posible visionar el fantasma del viejo Long John Silver dirigiendo su catalejo hacia las embarcaciones que cortan un mar que ha recuperado su pasado y su encanto imperecederos.

Se ha desplazado una flota de 23 embarcaciones y 180 tripulantes vascos

Según explicaron representantes de Albaola, este encuentro marino en Mor Bihan siempre ha sido muy importante. Pero este año adquiere una especial relevancia ya que el país invitado de esta edición ha sido el nuestro. Tras recibir la invitación de los responsables de la Semaine du Golfe, la asociación de Pasaia se reunió con diversas embarcaciones de Bizkaia, Lapurdi y Gipuzkoa y fruto de ella ha sido una flota compuesta por más 23 embarcaciones y 180 tripulantes. Paralelamente, en el puerto de Vannes han instalado un pequeño «pueblo» vasco que incluye un restaurante donde se puede degustar nuestra gastronomía y que alberga a 500 comensales. Las txalapartas, dantzaris y trikitixa animarán las calles y dos exposiciones -»Euskal Herriko batela» y «Euskal Herriko arrantzaleak Ipar Ameriketan»- se encargarán de mostrar nuestro pasado marino. Los visitantes podrán visionar el documental «Apaizac Obeto».

COLORISTA ESTAMPA

Los más de 5.000 tripulantes, muchos ataviados con ropas originales que vistieron los primeros marinos, y 200.000 visitantes enriquecen la ya de por sí atractiva estampa colorista de nuestro legado marítimo.

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