Daniel Ruiz Bazán "DANI" | Ex-capitán del Athletic de Bilbao
«Metes 199 goles y la gente te recuerda el penalti contra el Betis»
Joseba VIVANCO |
El 15 de marzo de 1986, el último gran capitán del Athletic, Dani, disputaba sus últimos minutos con el equipo de su vida. Al final de esa temporada, tras 402 partidos, dos Ligas y una Copa, colgaba las botas. Era el adiós del guerrillero, del ratonero de área.
Muchos aficionados se preguntarán qué ha sido de Dani...
Para mí todo este tiempo ha sido como un suspiro, una sensación de que no han pasado 25 años. Se me ha hecho muy corto. ¿Y qué he hecho? Pues he tenido diferentes actividades, casi todas relacionadas con el fútbol.
¿No le entró el gusanillo de hacer la carrera de entrenador?
Mi idea sí era entrenar, y para eso me saqué los carnets de entrenador juvenil y regional, pero con idea de seguir vinculado a los niños; lo de entrenador profesional era entrar otra vez en la dinámica y la guerra de ese fútbol profesional, dejar a gente sin convocar, sin jugar...
Eso siempre es lo que más me ha dolido en el fútbol, porque de un grupo de veinte personas, sólo once juegan. Pero los presidentes del Athetic siempre me relacionaron con otros cargos en el club -Arrate, Lamikiz-, con funciones que creo muy importantes como es la unión entre junta directiva y jugadores, y que ahora no hay.
Eso fue lo último que hice, hasta que llegó Macua y, por decisión de no sé quién, me rescindieron el contrato. Ahora me dedico a hacer vida de ermitaño, de campo, de huerta, de jardín...
¿Siente añoranza al recordar hoy aquellos años como jugador?
Añoranza siempre tengo. El Athletic me ha tirado, me tira y me tirará. Ha sido mi vida desde los 14 años. Y, por ejemplo, ahora que hay elecciones en el club, te entra ese nerviosismo por si igual algún candidato te llama para estar en alguna cosa...
¿Le ha tocado alguien...?
A mí no se me ha dirigido nadie. Yo tengo muy buena relación con Josu Urrutia, con parte de la gente que se dice que va a ir, y, por desgracia, no tengo buenas relaciones con Macua. Es más, desde que yo cesé en el club no he tenido la suerte de que me hayan dirigido la palabra; fíjate si es triste que a una persona que ha estado 40 años en el club, un presidente ni le dirija la palabra... Pero bueno, por encima está el Athletic y cuando hay elecciones miro qué proponen, cómo es cada persona, cuál es el mejor bien para el Athletic...
El «gure estiloa» del que tanto se habla estos días...
Pues he visto que Josu ha utilizado esa frase y Macua decía que era más importante la gestión. Cuando estaba de asesor deportivo, al llegar un nuevo jugador, Arrate o Lamikiz me preguntaban por sus valores. Podía tener unos valores deportivos muy buenos, pero siempre procuraba dar el análisis de cómo era la persona a nivel de ser jugador del Athletic, de sentimiento del Athletic.
Creo que en una balanza es tan importante ser muy buen jugador como que sea un tío que sienta al Athletic. Es más, prefiero hasta que pese más lo segundo. Y en este caso me parece lo mismo, lo más importante en un presidente del Athletic es lo que hemos tenido y quizá ese sentimiento se ha perdido en el Club... Josu lo anuncia, que no sé si lo hará o no...
Ha pasado tiempo, pero seguro que la gente le sigue señalando por la calle y oye por lo bajo aquello de «es Dani, el de Athletic»...
Muchos me comentan la mala suerte que he tenido, porque si hubiera jugado en los tiempos actuales estaría forrado... Pero he tenido la suerte de tener una profesión que resolvía tu vida, y es verdad que podría haber ganado mucho más, pero en cambio sí he conseguido lo que me comentas en tu pregunta.
Hoy en día, incluso voy por Bilbao y cada tres pasos la gente te saluda y te para.
Y como suele decir, casi siempre le recuerdan aquel penalti fallado contra el Betis en la final de Copa del año 77...
¡Y después de meter 199 goles en el Athletic! Fíjate que siempre me acuerdo de una vez que fui con mi mujer a Zahara de los Atunes, fuera de época estival. Después de días de encierro en el apartamento y paseos, fuimos a comer al pueblo. El restaurante estaba vacío. Nos sentamos, sale el maitre, un señor mayor, me mira y me dice con su acento andaluz: «¿Usté, e er Dani, no? Usté no se acordará de un penarti que falló con er Beti...». Pues bueno, esas cosas son también agradables, porque no te lo dicen con malicia sino con cariño. Y ese cariño es lo que me ha dejado la gente.
Cuelga las botas con 35 años, ¿le había llegado el momento?
Javi Clemente, que fue el que tomó la decisión y con el que tengo muchísima amistad, suele decirme: «Pero mira que eres cabrón, que todavía no te querías ir». Y lo le contesto que podía haber seguido un año más. Es verdad que uno nunca lo reconoce, aunque cuando pasa el momento caliente sí lo hace. La verdad es que yo exprimí bastante mi carrera deportiva, siendo además un hombre de choque como era yo y cuando en aquella época lo normal era que a los 30, 31 años ya... Yo aguanté porque tuve suerte con las lesiones, me cuidé mucho...
Es verdad que se le pone de ejemplo de jugador que se cuidó...
A mí me marcó mi aita. Yo era empleado en el banco y me surgió la propuesta de ir al Bilbao Athletic. Había que decidir. Mi padre levantó el dedo índice y me dijo: «De acuerdo, hijo. Pero te vas a dedicar al fútbol». Me dejó claró que si iba a jugar a fútbol no era de cachondeo y siempre me marcó una pauta con los horarios, con el fumar, con el descanso, si iba a buscar a la novia a Llodio, si tenía una despedida en Gordexola... Si tú con un Seiscientos estás todos los días subiendo el puerto de Orduña, se calienta el motor pero si le das descanso, subes más veces... No se trata de decir que si yo juego el domingo, el lunes o martes hago lo que quiero... Estás equivocado, tú estás dedicado al Athletic y eres un profesional las 24 horas, que tiene que rendir luego cada domingo.
Volvemos a esa despedida del Athletic. Coincide con un final de temporada accidentado: el polémico cese de Clemente, usted y Txato Nuñez dejan el club, Zubizarreta se va al Barça, Julio Salinas al Atlético...
Es cierto. Veníamos de un problema entre Manolo Sarabia y Javier Clemente, en el que los jugadores tratamos de que todo quedara en una sanción interna y que siguieran los dos. Yo creo que aquello sí que pasó una pequeña factura a varios jugadores, quizá no en mi caso, pero en otros igual se adelantó su salida.
Con la perspectiva que dan los años, aquel polémico enfrentamiento Sarabia-Clemente, ¿se ve de otra manera?
Es que todo dependía de las personalidades de cada uno. Eran dos gallos, que no es que fuera malo, pero si a esos genios tan parecidos le sumas el pique de un periodista del que prefiero callarme el nombre y que estaba siempre con el por qué no jugaba Manolo... Fueron conflictos raros que se enconaron, que podrían haberse solucionado, que igual la Junta directiva se precipitó en aquel momento...
No es bueno, como sucedió, perder un entrenador importante, crear mal ambiente, perjudicial para el Athletic. Siempre hay soluciones intermedias.
Hablando de Clemente. Otro que no ha cambiado en 25 años...
Javi morirá como es. Él es un hombre que es como es, muy amigo de sus amigos y muy enemigo de sus enemigos. Al que lo enfila... Pero hay que conocerle. Javi tiene muy buenos sentimientos. Es como la mujer de uno, tiene sus defectos, pero es la tuya. Javi es un amigo, de ésos que cuentas con los dedos de las manos. Javi sigue manteniendo la misma vitalidad, genio, descaro, no callarse lo que muchas veces tendría que callarse... Él sigue a lo suyo.
Hablábamos antes de que podría haber ganado más dinero en el fútbol. El Barça quiso ficharle, pero el entonces presidente Beti Duñabeitia vendió a Alexanko porque centrales había más por detrás, pero Dani sólo uno...
Había un titular del diario ``Hierro'' donde Duñabeitia decía: «Si traspaso a Dani, me queman San Mamés». La verdad es que nunca me lo planteé. Por un lado, porque las circunstancias eran diferentes, existía el llamado derecho de retención y si tu club no quería, no te dejaba ir.
Pero, por otro, por sentimiento no me fui y es lo más grande que he hecho en mi vida, porque alardear de que he sido exclusivamente jugador del Athletic es un orgullo, desde los 14 a los 35 años...
¿Se ve reflejado hoy, Dani, en algún jugador de la Liga?
La verdad es que no. Nosotros jugábamos con tres puntas, incluso yo he llegado a hacerlo con cinco. Yo era un hombre casi dedicado a lo que era la zona del área, tu zona de machacarte, y hoy ese jugador no existe. Si ves a Llorente, remata, pero tiene obligación de defender en córners y faltas. Yo era un hombre de aguantar mucho choque, con defensas como Migueli, y hoy, por ejemplo, Llorente no es un hombre que aguanta. Físicamente en el choque no es débil, pero si mejorara esa parte, sería una estrella del fútbol. Cada vez que entra al choque sale trastabillado, y hablamos de un tío de 1,90. A mí me metes una, pero a la siguiente que vienes...
Pero eso es innato, no se puede enseñar, el que tiene, tiene y el que no, no tiene. A un chaval de 14 años le puedes enseñar a centrar mejor, pero si no tiene garra, no se la vas a enseñar...
La lapidaria expresión que acuñó Javier Clemente con aquello de los «mingafrías» y que hoy llaman «falta de competitividad»...
Sí, sí, el adjetivo igual no era el más adecuado, pero es que a Javi hay que entenderle. Mira, cuando fuimos campeones, había uno en la defensa con Goiko al que Javi le decía: «Tú, cada vez que la cojas, dala, que no sabes hacer otra cosa». Y el otro se mosqueaba. Pero era el mejor marcador de España. Quiero decir que cada cual tienes sus cualidades y no hay que enfadarte porque te digan tus defectos o una bronca, también puedes aprender de ello.
No sé si se habrá percatado de que no le he preguntado por los títulos. ¿Le cansa a uno que le pregunten siempre por ello?
Hombre, es lo más grande que a mí me ha ocurrido. Cuando yo era un chaval en Sodupe coleccionaba cromos de Iribar, Rojo... y años después estaba en la caseta con ellos. Conseguir luego dos Ligas, un millón de personas en Bilbao... Recuerdo en la basílica de Begoña, subidos en el camión y una señora muy mayor estirando la mano... para que le tocara la mano Dani. Esas cosas se te quedan grabadas... Y piensas, a veces, ¡y que pueda ser igual el último capitán que lo consigue! No quisiera...
El Athletic actual es un equipo joven, con poderío físico y jugadores técnicos, ¿hay algún paralelismo de aquel equipo campeón con éste? ¿quizá la diferencia esté en que Clemente os hizo creer que podíais ser campeones?
Un equipo mejora o hace títulos cuando el grupo funciona. Y hablo de la plantilla, no de once. Y que el entrenador transmita a los jugadores esa creencia de que pueden ganar. No pueden estar pensando en que van a Sevilla o donde sea y allí nos la meten siempre. ¿Por qué no se puede echarle cojones y ganar allí? Ésa es la mentalidad. Pero también influyen los estamentos, la junta directiva... Puede haber paralelismos entre éste y aquel equipo nuestro, pero entonces, creo, el equipo estaba más hecho, éramos más obreros del fútbol, con nuestras limitaciones sabíamos cada uno lo que teníamos que hacer... Y el entrenador. Creo que el tener un entrenador nuestro, de aquí, que haya jugado en el Athletic, con unos ideales... No digo que otro de fuera no lo pueda hacer, pero nunca lo va a sentir como nosotros. Por mucho que Caparrós quiera, no puede transmitir el ideal nuestro de Athletic, de nuestro pueblo, de nuestro país... Que eso no quita que él pueda transmitir otras cosas.
No sé si silbó a Caparrós el día del Málaga...
Al entrenador nunca le silbo, porque la gente no sabe los motivos de las decisiones del entrenador, ni los objetivos del entrenador o el presidente. Él maneja siempre toda la estadística de lo que pasa a cada jugador. Lo que está claro es que el entrenador hace lo mejor para el equipo y no va a echarse tierra encima. El aficionado, cuando lee el periódico, quiere ver que estamos sextos y no el catorce. ¿Resultado o juego? Plantea en una asamblea del Athletic si prefieren buen fútbol o resultados, pero con buen fútbol puedes acabar en Segunda. Pero imágenes como la del Málaga... J.V.