(Traducción: GARA)

(...)La reacción era previsible: Los jefes de los grupos industriales alemanes, particularmente los de servicios de energía, se están quejando sobre la decisión de acometer un abandono acelerado de la energía nuclear como los niños que no quieren ir de excursión. Lo hicieron antes de que la decisión fuese tomada; lo harán todavía durante un rato, hasta que los jefes de esas firmas comprendan qué enormes oportunidades están en oferta en un mundo en el que se hayan convertido en el primer motor de las energías renovables y, por lo tanto, en el líder del mercado de las tecnologías subyacentes.

(...) Tras la -relativamente- clara decisión, es tiempo de comprender que el final de la energía nuclear en Alemania es una oportunidad, no sólo una pérdida. El abandono ofrece enormes oportunidades si es visto como una transición o, incluso, como una entrada en la potencialmente económicamente rentable era solar. Si se hace correctamente, Alemania estará a la vanguardia de los cambios que, gracias a las limitaciones del planeta, todas las naciones de la Tierra necesitarán acometer en algún momento.(...)

(...) Alemania necesita ahora hacer su consumo de energía más eficiente, e incrementar la ya impresionante participación de las energías renovables. No se trata de ninguna manera de una rendición forzosa o de una ideología de «jersey de lana verde», sino de moderna tecnología de vanguardia.