La empresa CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) celebró ayer su Junta General de accionistas, encuentro presidido por unas «perspectivas positivas para los próximos años».

El máximo responsable de CAF, José María Baztarrika, arrancó su discurso recordando que el pasado 2010 supuso «un cierto punto de inflexión» en las economías occidentales, si bien «la industria española en general ha pasado por sus peores momentos».

En ese contexto, la compañía de Beasain se desenvolvió «con relativa tranquilidad, alcanzándose de hecho resultados anuales por encima de los obtenidos en años anteriores». Al margen de las decisiones de la propia empresa, Baztarrika destacó «la fortaleza del sector ferroviario» en general.

De este modo, las ventas totales del grupo alcanzaron en 2010 la cifra de 1.576 millones de euros, lo que representa un incremento interanual del 25%. Los resultados después de impuestos se cerraron con un saldo de 129,6 millones, un 4% por encima de 2009. Las inversiones en activos fijos fueron de 46,6 millones, mientras que la cartera de pedidos, al cierre del ejercicio, presentaba un volumen de 4.518,9 millones, lo que supone un máximo histórico.

Siguiendo con los números, Baztarrika resumió los datos del primer trimestre de 2011, con una cifra total de ventas de 399,2 millones, lo que representa un incremento del 13% respecto al mismo dato a fin de marzo del año pasado. «Estos primeros datos trimestrales nos permiten adelantar que el actual 2011 será, nuevamente, un buen ejercicio para nuestra compañía», sentenció.

«Nuevas oportunidades»

De cara al futuro, el presidente de CAF apeló a huir «de un conformismo que podría ser muy contraproducente a medio-largo plazo» y apostó por «construir nuevas oportunidades de negocio en torno a ámbitos que aún no hemos desarrollado plenamente».

En matería de clientes hizo referencia a «los nuevos escenarios y agentes que surgirán como resultado de la anunciada liberalización de los servicios ferroviarios en Europa y otras áreas geográficas».

«En cuanto a fórmulas de negocio -prosiguió-, y dado el creciente interés de las administraciones públicas por proyectos financiados, al menos parcialmente, por la propia industria mediante fórmulas de financiación público-privada, especialmente en la situación actual de desequilibrio fiscal de muchos gobiernos, éste es un ámbito a explorar y analizar con la profundidad requerida».

José María Baztarrika expuso asimismo las líneas estratégicas a seguir, algunas de las cuales ya se encuentran iniciadas. Citó en primer lugar la consolidación del crecimiento experimentado en los últimos ejercicios en los mercados internacionales y, en este sentido, añadió su voluntad de «incrementar aún más el grado de internacionalización para, de esta manera, hacer menos vulnerable la empresa a la evolución de mercados concretos».

Ya en un ámbito más interno, subrayó la importancia de ser una organización flexible para «atender los requisitos y necesidades de nuestros clientes y de los mercados», y de «mantener una tensión constante en términos de costes operativos a lo largo de toda la cadena de actividad», con el fin de alcanzar un grado de eficiencia que contribuya a «mejorar nuestro perfil competitivo y reforzar la situación financiera».

Como último punto abogó por «desarrollar nuestras capacidades y conocimientos en materia tecnológica» para ampliar la gama de productos y servicios, elevar su nivel tecnológico y aprovechar esos conocimientos para entrar en actividades relacionadas que ofrezcan oportunidades de crecimiento.