Eugene comenzó a caldear la temporada al aire libre. La Diamond League cruzó el charco para celebrar la Prefontaine Classic, su cuarta reunión, y en la ciudad estadounidense dejó buenas sensaciones tanto en velocidad como en fondo. Los 100 metros causaron una gran impresión pese a las ausencias.

En la prueba masculina -sin Bolt, ni Gay, ni Powell- seis de los participantes bajaron de los diez segundos. El jamaicano Steve Mullings se impuso con 9.80, volviendo a firmar la mejor marca del año, y Justin Glatin lo vivió desde el tartán como sexto hombre (9.97), cumplidos cuatro años de sanción por dopaje.

En la femenina, con un viento al límite de la legalidad (+2,0 m/s), Carmelita Jeter ganó de calle y con 10.70, la mejor marca del año y la séptima mejor de la historia para una mujer que tiene la segunda (10.64). Y eso que sus adversarias tampoco anduvieron cojas, con otras tres por debajo de los 11 segundos.

Allyson Felix, sin embargo, no pudo reinar. La californiana de la zancada incomparable buscaba el triplete en 400, pero protagonizó una salida falsa que le perturbó más de la cuenta. Tras las palabras del juez, no fue la misma y terminó tercera. Amantle Montsho sacó partido.

Con dos de los tres hombres llamados a dominar los 110 metros vallas en Eugene, la prueba era garantía de espectáculo sobre todo por la rivalidad entre David Oliver y Liu Xiang.

El estadounidense llevaba invicto 15 finales hasta que llegó a Shanghai, la ciudad de Li, y el ex recordman mundial no le dejó sumar la 16. La revancha ha llegado pronto. Oliver recuperaba la mejor marca mundial del año en 110 metros vallas con unos excelentes 12.94.

Fondo prodigioso

El aperitivo del fondo, programado para el viernes, resultó generoso. Además de victorias se consiguieron marcas. En tierras de Oregón, su nueva residencia, Mo Farah se apropió del récord europeo de 10.000, mientras Moses Mosop batía el mundial en las extrañas distancias de 25.000 y 30.000 metros.

El campeón europeo de 5.000 y 10.000 metros es ahora también el nuevo plusmarquista continental. Corrió en 26.46:57 y mejoró en más de cinco segundos el registro de Mohammed Mourhit, un belga de orígen marroquí que en 1999 corrió en Bruselas en 26.52:30.

El atleta nacido en Somalilandia -en el llamado Cuerno de África- hace 28 años, posee pasaporte británico y comienza a recoger los frutos de su estancia estadounidense. Tras un buen invierno decidió fijar su residencia en Portland, donde se entrena bajo la tutela de Alberto Salazar. El ex corredor de maratón le había animado a correr por debajo de los 27 minutos, y a falta de tres vueltas, el propio Farah supo que estaba a punto de conseguirlo. Se lo dijo también el público.

Tras cubrir la primera mitad de la carrera en 13.26:05, Farah completaba el último kilómetro en 2.30:72 para pasar a encabezar la tabla en la que no figuraba un británico desde la década de los 70, cuando reinaron Dave Bedford y Brendan Foster.

Mosop, por su parte, se atrevió con distancias mayores, tanto que ambas estaban en manos japonesas. El keniata dio 75 vueltas a la pista en 1 hora, 26 minutos y 47 segundos para desbancar al nipón Seko, que en 1981 corrió en 1 hora, 29 minutos y 18 segundos. En el camino también se apuntó el de 25.000 metros, que desde hace 30 años también pertenecía a Seko.

Mosop, medalla de bronce en el Mundial de Helsinki'2005 en 10.000 metros, reconoció después -según recogió la agencia France Presse- que «es duro estar concentrado 30 kilómetros sobre una pista, pero es una buena preparación para el maratón, un buen entrenamiento de velocidad».