GARA > Idatzia > Kultura

Josu MONTERO I Escritor y crítico

Alhóndiga Teatro

 
La verdad es que muchas veces nos ponen demasiado fácil eso de criticar el patio de Monipodio que es la política cultural. Nos han diseñado y plantado una posmoderna Alhóndiga de las Maravillas, un «espacio innovador y multidisciplinar» en el que perdernos como Alicias perplejas, y donde desarrollar «todo tipo de actividades que despierten el interés por el conocimiento y la sensibilidad cultural». La hinchada palabrería de la publicidad y la autopromoción. Y hueca.

¡Cuarenta y tres mil metros cuadrados de diseñito moderno y de aire, once kilos de mantenimiento anual, para acabar programando la última de Arturo Fernández! Y conste que no tengo nada contra el cómico, no se trata de eso. Espacio público a precio de oro para ofertar el teatro más cutre-comercial; la iniciativa pública usurpando la función de la iniciativa privada -después de haber acabado con ella. Dicen que no pretenden diseñar una programación teatral específica, que se limitan a alquilar la sala, que la crisis es muy perra y es necesario autofinanciarse en un 40%... Peor me lo ponen. Para este viaje no se necesitaban esas alforjas; para lo que sí se necesitaban esas pesadas alforjas es para el lucimiento arquitectónico-cultural del Instititional BilbaoFashion, vamos, para envolver en papel carísimo un par de cosicas y venderles la moto a los propios y encantadísimos bilbainos. Y el caso es que, últimamente, se les llena a algunos la boca hablando del sorprendente Renacimiento Escénico de la Villa, de su vitalidad teatral resucitada, cual zombi descerebrado y postinero. «Los hombres no mienten», se titula la comedia de Arturo Fernández que permanecerá en cartel casi todo este mes -¡vaya lujazo!- de junio en la Alhóndiga. O sí.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo