Los gobiernos británico y francés presentaron ayer ante el Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta de resolución en la que se condena la represión en Siria y se insta al Gobierno sirio a asumir las demandas legítimas de su pueblo, liberar a todos los presos de conciencia y levantar la restricciones a los medios de comunicación.

«Si alguien vota en contra de la resolución o intenta vetarla, lo hará bajo su conciencia», manifestó el primer ministro británico, David Cameron. Rusia y China, con poder de veto en el Consejo, anunciaron que rechazarían la implicación de la ONU en los asuntos de Siria. EEUU dijo que apoyaría la propuesta anglofrancesa.

Gran Bretaña, el Estado francés, Alemania y Portugal distribuyeron en marzo un proyecto de resolución de condena a Siria, pero desde entonces la diplomacia británica ha estado presionando para sacar adelante un texto más duro.

Mientras Londres y París presentaban el texto y se preparaba el debate en el Consejo de Seguridad, cientos de sirios seguían huyendo ayer de la ciudad de Yirs al-Shagur por temor a represalias. El lunes, las autoridades dijeron que 120 policías fallecieron en un ataque de grupos armados, pero activistas de derechos humanos y testigos refuta- ron la versión oficial y aseguraron que los fallecidos eran manifestantes pacíficos y soldados que se habían negado a obedecer la orden de reprimir a los manifestantes y fueron atacados por «oficiales vestidos de civil».

Muchos de los que huyeron de Yirs al-Shagur se dirigieron a Turquía, que acoge ya a 500 refugiados. Su Gobierno aseguró que «en este momento, está descartado cerrar las puertas» a quienes huyen del país vecino.