Un guante en su zurda y una amplia sonrisa en su boca. Ésa es la tarjeta de presentación de este navarro que encara, tras la cesión, su temporada más decisiva.

De momento, de vacaciones...

Sí, ahora estoy aquí en la Txantrea con una familia y unos amigos, disfrutando.

A la espera de ese 11 de julio en que, de momento, lo que sabes es que estás citado en Lezama con el resto de la plantilla...

Eso es, allí estaremos todos y, nada, a ver qué pasa. Eso es lo que hay fijo.

Sanfermines, al menos, te da tiempo a celebrarlo.

Eso sí. El día 6 suelo tener comida con mis padres, con mi pareja y con algún amigo y este año todavía tengo luego un par de días para descansar y para coger la temporada con gusto.

¿El día 7, estarás más pendiente de la fiesta sanferminera o de las urnas en el Athletic?

Es cierto que estaremos pensando más en Bilbao, porque al final la fiesta en Pamplona la he vivido muchos años y lo que pase en Bilbao es tu vida diaria y más importante.

Tu compañero Ander Iturraspe decía hace poco que no contempla una cesión la próxima temporada. ¿La contempla Iñigo?

Yo me tomaré mi vuelta con tranquilidad, pero con muchas ganas de trabajar y de volver al equipo. Al final nunca sabes qué puede pasar la temporada que viene. Yo quiero empezar allí, hacerlo bien, intentar convencer al mister y al final, creo, el jugador necesita minutos. Yo los he tenido en Segunda División en lugar de pasarte un año en blanco sin jugar.

Una vez conocida la experiencia de la cesión, ¿uno tiene claro que hay vida más allá del Athletic, o eso ya se asume desde antes de dar este paso?

Hombre, está claro que cuando estás en el Athletic sólo piensan en el Athletic. Pero, personalmente, con esta cesión te das cuenta de que en el fútbol puedes disfrutar también en otro lado, eso sí, pienso, para luego ser mejor jugador en el Athletic. Yo, si salgo fuera como ahora es con el objetivo de en el futuro poder ser jugador del Athletic.

Porque las cesiones suelen ser un arma de doble filo, a veces salen bien, como en tu caso, y da la impresión de que en demasiadas no lo salen tanto...

Sí, personalmente, estoy muy contento. Creo que mi rendimiento en el Huesca ha sido óptimo y así me lo han hecho saber allí en el club, el mister, los compañeros... La sensación es que, como dices, la cesión ha sido positiva. Pero también es verdad que hay veces que no resulta así.

Porque ¿cómo debe encarar un futbolista, como ha sido tu caso, una cesión?

Como lo que es. Cuando estás en tu equipo y no juegas y buscas una cesión, pues si en el equipo donde estabas entrenabas con muchas ganas, a donde vayas tienes que hacerlo con las mismas ganas y demostrar quién eres, tienes que reivindicarte, tienes que demostrar, como es mi caso, que puedes jugar en el Athletic. Creo que ése es el espíritu con el que hay que ir. Y no puedes bajar los brazos.

Prueba de esa buena huella que has dejado en Huesca, es que al club aragonés le gustaría tenerte otra vez allí la próxima campaña.

Hombre, eso es bueno. Al final, si ves que el equipo donde has estado cedido está pensando en ti para que empieces con ellos la siguiente, creo que es con lo que te tienes que quedar y ver que es positivo. ¿Qué pasará luego? Como te he dicho al principio, el 11 de julio estaré en Lezama, yo sólo pienso en el Athletic, quiero vivir el momento... Luego no sé lo que pasará, si me quedaré, si no me quedaré, pero, de momento, el 11 de julio estaré allí a tope, intentaré demostrar que tengo un hueco en esa plantilla.

Un hueco en esa plantilla, que en el centro del campo presenta mucha competencia, con la llegada además de Ander Herrera. ¿Qué puede aportar Iñigo Pérez?

Trabajo con los compañeros, intentar divertirme jugando al fútbol y tener claro que hay cosas que no van con la aptitud sino con la actitud, y sobre todo lo que voy a aportar es actitud, y luego, cada uno saca lo que sabe de fútbol.

Tú regresas y otros conocidos tuyos han recibido la baja en el Bilbao Athletic. ¿Tristeza?

Claro, claro. En esa situación hemos estado todos cuando llegas al Bilbao Athletic, o tiras para arriba o tienes que salir. Y como dices, son compañeros y sí que te da pena la gente que se tiene que marchar, y alegría también por la que se queda.