Gloria LATASA | gloriameteo@hotmail.com
La edad de las tormentas
Una delicada conjunción de tres factores como inestabilidad atmosférica, humedad elevada y algún mecanismo (un frente, una montaña, una borrasca, el calor) que obligue a ascender al aire son necesarios para que se forme una tormenta. Una situación meteorológica que puede durar desde media hora hasta varias horas, que puede ser estacionaria o desplazarse siguiendo la dirección que le marcan los vientos.
El ciclo de vida de una tormenta pasa por tres momentos muy diferentes. Tres edades conocidas como desa- rrollo, madurez y disipación. La fase de desarrollo es aquella en la que se generan los hidrometeoros (gotas de agua, granizo…). La fase de madurez, en la que se inicia la precipitación. Y la fase de disipación, aquella en la que por falta de vapor comienza su desaparición.
Los hidrometeoros aparecen flotando en el aire cuando corrientes ascendentes muy activas se elevan y sobrepasan la línea imaginaria de los cero grados centígrados (isoterma 0º). En este momento el núcleo de la tormenta está más caliente que el aire de su entorno.
Las primeras precipitaciones no siempre llegan hasta el suelo (pueden evaporarse en el descenso). En esta fase las corrientes ascendentes, más fuertes al principio, continúan y conviven con corrientes descendentes que pueden dar lugar a remolinos y turbulencias en las proximidades del suelo.
En el momento en que las corrientes descendentes se extienden horizontalmente y ocupan la mayor parte de la nube se inicia el proceso de disipación. Mientras llueva y siga descendiendo aire la nube se mantendrá más fría que su entorno. El final de las corrientes y la lluvia equilibrará las temperaturas, se desharán las nubes y se acabará la tormenta.
Los códigos de colores de las alertas esconden información que desconocemos sobre la posible intensidad de las tormentas. El amarillo: lluvias y/o vientos fuertes y granizos inferiores a 2 cm. El naranja: lluvias y/o vientos muy fuertes, granizos superiores a 2 cm., y posible aparición de tornados. Y el rojo: lluvias torrenciales, vientos muy fuertes, granizo superior a 2 cm. y probable aparición de tornados.