Los trabajadores de la planta de Asea Brown Boveri (ABB) de Trapagaran se manifestaron en Bilbo. Representaron el «funeral» por la empresa y el «cortejo fúnebre», muy ruidoso, trascurrió desde la Estación de Renfe hasta la sede del Gobierno de Gasteiz en Gran Vía 85. Reclamaron la implicación de las administraciones públicas para presionar a la multinacional para que no lleve adelante ese expediente.

Los trabajadores rechazaron en la capital vizcaina el expediente de regulación para 160 trabajadores y advirtieron que continuarán con las movilizaciones para conseguir que las administraciones públicas rechacen «esta nueva operación de desmantelamiento industrial en Ezkerraldea», como dijo el presidente Javier Mentxaka.

El representante del comité en ABB recordó que la plantilla está compuesta por un 60% de jóvenes trabajadores «preparados a nivel académico» y que «son los artífices de estas manifestaciones tan llamativas». Por eso, explicó que no se puede llevar adelante ese expediente de regulación y, sobre todo, no se puede desmantelar una parte de la producción que se hace en Trapagaran.

Lo que temen los trabajadores es que este sea el inicio de un posible cierre a un plazo cercano. Como informó la multinacional cuando comunicó el expediente de rescisión de 160 puestos de trabajo de Bizkaia, se pretende reestructurar la división de «Power Products». El presidente del comité afirmó ante los medios de comunicación que los trabajadores continuarán movilizándose y secundando jornadas de huelga los martes, miércoles y jueves, coincidiendo con las fechas en las que se reunirán los los representantes legales de ABB. También anunció que el próximo martes tienen previsto manifestarse en Barakaldo e intentarán «entrevistarse con el alcalde» al objeto de sumar un nuevo apoyo para que el expediente de regulación no se lleve adelante.

El miércoles anunció «una acción de sorpresa» y una manifestación ante el museo Guggenheim de Bilbo el próximo jueves.

Mentxaka recordó que mientras puedan «seguiremos luchando por mantener los puestos de trabajo y que haya futuro en esa empresa» y reconoció que necesitan «la implicación del Gobierno de Gasteiz al objeto de que presione para evitar que «se evite la desindustrialización de Ezkerraldea».