Las bolsas europeas recibieron con frialdad el anuncio implícito de una próxima subida de los tipos de interés en la eurozona. Por el momento, como explicó ayer el presidente del BCE, el precio del dinero se queda en el 1,25% y sólo se elevará si continúan las tensiones inflacionistas advertidas en los últimos meses. Además, Jean Claude Trichet se alineó con los que se oponen a una reestructuración de la deuda griega, tal como sugieren casi a diario desde Alemania. Según los expertos, esta posición está ampliamente justificada por el serio riesgo de supervivencia que correría el propio banco europeo, más allá de los efectos perniciosos de cualquier quita o alargamiento de los plazos de pago sobre el sistema financiero. Mientras tanto, el tira y afloja persiste en los mercados de deuda periféricos, en línea con las diferentes evoluciones de los acontecimientos. Como resultado, el diferencial con el bono alemán alcanzaba los 241 puntos básicos. Así las cosas, la nula sorpresa por la decisión del BCE permitió a los índices europeos detener la mala racha semanal. El Ibex recuperó un 0,39%, hasta los 10.121,70 puntos. En Europa, las alzas fueron mayores: Fráncfort subió un 1,41%, París un 1,06%, y Londres un 0,82%. En el Ibex, hasta diez valores ganaron más de un 1%. De ellos, los mejores fueron Bankinter (+1,95%) y Gas Natural (+1,84%). Entre los pesos pesados, todos en positivo, el más fuerte fue Repsol (+0,85%). En París, la mejor nota correspondió a Schneider (+3,07%), mientras que sólo Crédit Agricole (-0,44%) y Société Générale (-0,05%) terminaron con números rojos.