Imanol Intziarte Periodista
A veinticuatro horas del Armagedón
Restan veinticuatro horas -si nadie lo impide, y no descarto piruetas de última hora- para el advenimiento del Armagedón. Las masas han arrasado las estanterías de los supermercados con el fin de almacenar alimentos ante la era oscura que se avecina. Se han agotado las velas, a partir de mañana se cortará el suministro eléctrico. Tiempos de zozobra en el horizonte. Un castigo merecido. La gente es estúpida y en el pecado lleva su penitencia. Los arrepentidos, Lakua dixit, son ya legión. Y subiendo. Hordas de descamisados arrasarán con nuestro plácido bienestar. Ya no ataremos los perros con longanizas, ahora los canes bailarán al son de las flautas.
Dos semanas escuchando las mismas boutades. Nos toman por idiotas. En el sentido original del término, ya que en la antigua Grecia un idiota era aquel ciudadano egoísta que no se preocupaba de los asuntos públicos. Hemos leído ya alegatos contra las propuestas, aún sin definir, de consultar al personal sobre diversos asuntos. La gente vota para que decidan por ella, no tiene interés en que le pregunten, ha asegurado más de uno. Pues dependerá del tema en cuestión, supongo. Los agoreros son quienes antes del 22-M abogaban por unas instituciones abiertas y ya el día siguiente, como si fueran oráculos ante un ave eviscerada, interpretaban los resultados a su conveniencia con el latiguillo «los votantes han dicho».
Afirmaron que los empresarios estaban preocupados por el gobierno de unos. No parece importarles que los trabajadores se preocupen por el gobierno de otros. ¿Una persona, un voto? Sí, con la boca pequeña. ¿Mejor si votaran sólo las «élites»? El hábito no hace al monje, pero no falta quien evalúa la capacidad de sus semejantes en función de una corbata. ¿Como la que lleva quien gestiona un Estado con 5 millones de parados? ¿Como la que viste alguien al que se la regalaron, junto con varios trajes? ¿Como Maddof, el estafador? ¿Como DSK, al que acusan de siete delitos sexuales? ¿Se han parado a pensar que quizá la gente se fía más de alguien que viste como la mayoría? Recen sus oraciones, ya llega el Armagedón.