Final del Manomanista de Promoción
Olaetxea se sigue viendo como «cabeza de ratón»
El delantero de Lizartza busca mañana la última txapela que le falta en Segunda, la de la modalidad en la que «menos cómodo» se siente, pero todavía no quiere ponerse «la presión» de dar el salto a los estelares.
Jon ORMAZABAL
Mikel Olaetxea representa un rara avis en este mundo de la pelota en el que cada vez se buscan jóvenes profesionales capaces de eclosionar repentinamente, como Mikel Idoate o David Merino. Sí que tuvo un éxito repentino con el título del Cuatro y Medio de Segunda en 2008, a los pocos meses de su debut, aunque desde entonces la suya ha sido una progresión pausada pero segura, que lo ha colocado en esa frontera que separa a los estelaristas de los pelotaris condenados a los primeros o terceros partidos.
En cuanto a títulos, 2011 está siendo un año redondo, ya que hace poco más de dos meses se caló la txapela del Parejas de Promoción junto a Jon Ander Albisu y mañana en el Adarraga buscará el título Manomanista, con el que lograría todos los posibles en esa categoría.
Pese a estos éxitos, en la disyuntiva de se ser cabeza de ratón o cola de león, el de Lizartza sigue viéndose entre los primeros. Son muchos los aficionados que entienden que el guipuzcoano tendría sitio en primera, pero el propio Olaetxea lo ve muy difícil. «Antes también ya ha habido pelotaris con muchas txapelas en Segunda que no han logrado jugar en Primera. Creo que para jugar ahí arriba hace falta algo más, un brillo especial, algo que no sé lo que es pero que a mí me cuesta. Intentaré meter el morro pero lo veo muy difícil», señaló ayer a GARA.
«Jugar estelares todavía no es mi objetivo. Todavía tengo que ser uno de los mejores de Segunda y, si un día hay oportunidades, mejor. Ahora mismo no estoy buscando ese salto».
Ganar mañana a Miguel Merino supondría tener plaza en el Manomanista de Primera el año que viene, pero viendo precedentes como el de Beroiz hace dos años, Olaetxea prefiere no hacerse demasiadas ilusiones. «Como van cambiando de formato, te pueden elegir o no, por lo que no quiero presionarme mucho a mí mismo, sería presionarme en balde», agregó.
Menos cómodo
No obstante, lo anterior no quita para que el de Lizartza esté muy ilusionado con poder conseguir el triunfo en una modalidad que no le resulta especialmente cómoda. «Es la txapela que me falta, pero siempre he dicho que es la modalidad que menos me gusta para jugar, no me siento tan cómodo, hace falta mucha fuerza y siempre juego forzado. No disfruto jugando mano a mano pero estoy muy contento con lo que he hecho».
Por todo ello, es muy consciente de que el partido de mañana ante Merino le resultará muy complicado. «Sé que tengo que hacer las cosas muy bien si quiero ganar. No puedo empezar a cambiar mi juego ahora. Trataré de sacar lo más largo posible y, si tengo oportunidad, buscar el aire o, por lo menos, tratar que los tantos sean lo más cortos posibles. Físicamente no soy tan fuerte como él, por lo que trataré que los tantos sean rápidos», explicó. Tras jugar sus dos anteriores finales en el Beotibar de Tolosa, muy cerca de su pueblo, esta vez le toca jugar en casa del rival, algo que «tiene sus pros y sus contras».
Aspe y Asegarce dieron ayer a conocer la composición de sus respectivas ramas del campeonato del cuatro y medio de San Fermín, cuya final se disputará al mediodía del 7 de julio en el Labrit iruindarra. Aunque para nada puede tomarse como una sorpresa, destaca que Aimar Olaizola, campeón en 2009, sea el cabeza de serie de Asegarce, cuando el año pasado no participó en este torneo y el finalista de su empresa fuera Bengoetxea VI. El de Leitza entrará en cuartos en Iruñea el día 25, enfrentándose al ganador del Olaizola I-Arretxe II.
En la rama de Aspe, más corta, la primera eliminatoria la jugarán el día de San Juan en Eibar Idoate y Julen Retegi y el vencedor pugnará por un puesto en la final con Irujo. J.O.