El fantasma de una guerra civil según el modelo libio planea ya sobre Siria
El guión se repite. La negativa del régimen a ceder a las presiones en la calle ha dado paso a enfrentamientos armados de gran calibre y al establecimiento de zonas periféricas o fronterizas como bastiones de la rebelión. Como en el caso de Libia, Occidente afila sus dientes.
GARA |
¿Se encamina Siria, tras tres meses de revuelta, hacia una guerra civil que rompería los frágiles equilibrios sobre los que se asienta este país multiétnico y multiconfesional? La cuestión está abierta para los analistas tras la muerte de 120 policías en el noroeste el lunes.
Sea cual sea la verdad -revuelta de grupos armados o enfrentamientos durante un motín policial-, el régimen de Bashar al-Assad estaría ya expuesto «a una rebelión de una amplitud diferente», constata Mohamad Bazzi, del Centro de Estudios extranjeros (CFR) de Nueva York.
«Ello podría llevar al régimen a un uso mayor de la fuerza que podría llevar a Siria a una guerra civil entre la mayoría suní y la minoría alauí», insiste.
Bazzi recuerda, no obstante, que la cúpula del Ejército está monopolizada por alauíes fieles al clan de Al-Assad y que las minorías cristiana, drusa y chií (un 15% de la población) apoyan al régimen como una fuente de estabilidad política. Más aún, los suníes laicos, «sobre todo la burguesía comerciante de Damasco y Alepo», no participa en las protestas. En esta línea, sólo una escisión en el Ejército «podría hacerles bascular, porque Al-Assad perdería su argumento de que sólo él puede mantener la estabilidad», añade.
Fuentes diplomáticas europeas destacan, asimismo, que la oposición, «aunque está mejor organizada que al inicio de las protestas, sigue lejos de estar estructurada políticamente».
El disidente Amr al-Azam asegura que lo que más teme el régimen es que los opositores constituyan feudos en las zonas fronterizas. Ello explicaría su contundencia en Deraa, fronteriza con Jordania, en Banias, cerca de Líbano, y ahora en Yisr al-Shaghur, lindante con Turquía. «Están aterrados con la idea de que se cree un nuevo Bengasi», asegura este opositor que da clases de historia en la universidad Shawnee State de Nueva York, en referencia a la capital rebelde del este de Libia.
No son los únicos paralelismos. Ya hay una resolución de condena en la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU, presentada por Londres y París y que cuenta con el aval de EEUU.
Rusia ha salido al paso contra un proyecto de votación.
La oposición siria ha hecho un llamamiento a las tribus, que cuentan con gran peso en la estructura política siria, para que se unan a las manifestaciones de protesta de hoy.
Un millar de sirios han cruzado en las últimas horas la frontera con Turquía. Ya son 1.600 los refugiados, para los que Ankara está instalando tiendas de campaña.