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Tras el 22-M

«Proteger a las autoridades de los municipios» es competencia de la Policía Local

Cualquiera que pase ante un ayuntamiento verá a los escoltas haciendo tiempo ante el edificio a la espera de que salga su «vip», lo que desnuda la artificiosidad de este «escándalo», porque no hay ningún problema de seguridad.

Iñaki IRIONDO

Ediles de PP y PSE entraron ayer en el ayuntamiento de Andoain sin sus escoltas armados y, como es natural, nada ni nadie puso en peligro su seguridad dentro de las instalaciones municipales. De hecho, es la práctica habitual en la mayoría de las sedes institucionales. Diputados, parlamentarios, alcaldes y concejales son escoltados hasta la puerta y los policías o vigilantes se quedan fuera, a la espera de que el «vip» vuelva a salir.

Nos encontramos de nuevo ante un «escándalo» montado de manera artificiosa. Resulta más que indicativo que los mismos responsables de Interior de Madrid y Lakua que están reduciendo de manera drástica el número de escoltas porque la nueva realidad política así lo aconseja, clamen al cielo o anuncien reformas legales porque su presencia armada es innecesaria dentro de los ayuntamientos.

Al delegado del Gobierno español en la CAV, Mikel Cabieces, le preguntaron ayer en Radio Euskadi si en el Parlamento de Gasteiz entraban escoltas armados y respondió que no, pero que es un caso distinto, porque la Ertzaintza garantiza la seguridad. La misma ley que regula a la Policía autonómica establece en su artículo 27.1 que la primera de las funciones de la Policía Local es «proteger a las autoridades de los municipios y vigilancia o custodia de sus edificios e instalaciones». Y de ello debe responder «en exclusiva» la alcaldesa o el alcalde.

Por lo tanto, el elemento central del debate es si todos y cada uno de los concejales de un ayuntamiento pueden trabajar con libertad y seguridad dentro de las instalaciones municipales, y eso es lo que cabe exigir a quien lidera la institución. Y la ley establece que esa función corresponde a la Policía Local y no a agentes privados de seguridad.

Aunque sólo sea a modo de anécdota, cabe recordar que la última vez que se disparó un arma en un ayuntamiento vasco fue en el de Hernani, en enero de 2009. Una delegación del PP encabezada por María Dolores de Cospedal y Antonio Basagoiti visitaba el consistorio y a uno de sus escoltas se le disparó la pistola accidentalmente en el baño.

Los concejales de PP y PSE que ayer anduvieron sin problemas en el ayuntamiento de Andoain han elevado su caso a la Delegación del Gobierno. No el de que pudieran trabajar libremente, sino el de tener que hacerlo sin escoltas armados.

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