El centro y sur de China ha pasado en semanas de sufrir la peor sequía en medio siglo a verse azotada por las habituales inundaciones estivales, que ya han causado alrededor de 175 muertos y más de 36 millones de afectados en ésas y otras áreas del país, según el Ministerio de Asuntos Civiles.

Las autoridades metereológicas chinas advirtieron, asimismo, de que el centro y sur de China se preparaban ayer para sufrir nuevos episodios de lluvias torrenciales y el ministro de Asuntos Hídricos, Chen Lei, alertó de que al menos diez grandes ríos amenazaban con desbordarse.

Según el citado Ministerio, además de la cifra de muertos, 86 personas están en paradero desconocido a consecuencia de las cuatro intervalos de lluvias torrenciales e inundaciones que desde el 3 de junio han afectado a 13 divisiones administrativas de China, especialmente en la cuenca del río Yangtse, la misma donde en los primeros cinco meses del año muchos lagos y ríos se secaron.

Los desastres han afectado a 36,57 millones de personas y dejado sin hogar a 1,64 millones de pobladores de 510 distritos en 13 provincias chinas.

5.410 millones de dólares

Además, de acuerdo a las cifras oficiales, las pérdidas económicas han alcanzado los 35.000 millones de yuanes (5.410 millones de dólares) y el costo de subsidios ha llegado a los 165 millones de yuanes (25 millones de dólares).

Una de las provincias más afectadas por las inundaciones es la de Zhejiang, en la costa este de China y una de las zonas más prósperas del país, donde el río Qiantang, principal de la provincia, se encuentra en su máximo nivel en medio siglo. Sólo de sus márgenes fueron evacuadas unas 292.000 personas.

Informaciones de la agencia oficial Xinhua señalaron que más de dos millones de personas se han visto afectadas sólo en esa provincia, mientras que un millar de empresas de la zona se vieron obligadas a parar su actividad y donde los diques de río Lan amenazan con vencer después de que su caudal alcanzara su nivel más alto desde 1966.

En otras zonas de la cuenca del Yangtse hasta medio millón de personas han tenido que dejar sus hogares a consecuencia de las lluvias torrenciales y los riesgos de crecidas.

El centro y sur de China sufren inundaciones, tifones y otras catástrofes naturales en sus meses estivales, que el año pasado causaron más de 4.300 muertos, en la temporada más catastrófica de los últimos doce años. Un deslizamiento de tierra ocurrido en la provincia de Gansu (noroeste) mató a 1.500 personas en agosto.

Este año la situación se ha agravado debido a la sequía que ha precedido a las lluvias torrenciales, lo que aumenta las riadas y el peligro de corrimientos de tierra morales, indicaron los expertos.