GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

nace una nueva asociación

Bebés robados, pistas para un DURO peregrinaje

Documentos contradictorios, legajos de aborto que no aparecen, historias clínicas perdidas y enterramientos que no constan. Son algunas irregularidades con las que se han topado ciudadanos vascos al indagar sobre el nacimiento de sus hijos o hermanos. De su unión nace SOS Bebés Robados Euskadi, escindida de Anadir.

p008_f01_182x121.jpg

Ainara LERTXUNDI

A María Pilar Aranbarri la durmieron «completamente». Su marido, Rafael Bergado, aguardaba con impaciencia en la sala de partos de la ya desaparecida Clínica San Antonio, en el barrio donostiarra de Egia. Era el 31 de mayo de 1974. Poco después les informaban de que el bebé estaba mal y que debían trasladarlo de urgencia a la residencia Nuestra Señora de Aranzazu. El ingreso se produce a las 18.00. Según consta en el papel de entrega, en el que no figuran ni el DNI ni la autorización del padre, se trata de una niña.

Bergado acude a verla y, después, regresa a la clínica donde continúa María Pilar. Al día siguiente, 1 de junio, les comunican que ha muerto. En el acta de fallecimiento, también sin firma, se indica que se trata de un varón. La única explicación oficial que reciben sobre la contradicción es que podría deberse a un error humano.

Otro de los puntos inconexos de esta historia es un papel, sin membrete oficial del hospital, al que han tenido acceso. Según dice, el ingreso se produjo el mismo 1 de junio y en la casilla donde debiera figurar el nombre del doctor aparece escrita la palabra «prematuros». «Además, en el historial médico del bebé pone que lo empezaron a tratar a las 8.00 del día 1. ¿Cómo es posible, entonces, que si estaba tan grave no lo hubieran atendido antes? El traslado se realizó de una clínica a otra», recuerda Bergado mientras muestra los escasos documentos que han podido obtener. A su lado, María Pilar no puede evitar emocionarse al rememorarlo todo, aunque hayan pasado 37 años.

En el hospital les dijeron que no se preocuparan de nada, que se hacían cargo de lo dolorosa que era la situación y que, por tanto, se encargarían de los trámites. Sin embargo, años después han descubierto que en el cementerio de Polloe no figura el enterramiento de su hija o hijo, y eso les hace sospechar aún más que no murió.

«Estoy seguro de que están cerca»

En su largo peregrinar por esclarecer estos hechos, también han intentado rescatar el denominado «legajo de aborto», ya que oficialmente la criatura no vivió más de 24 horas. Pero, para su sorpresa, en el Juzgado de Donostia les han dicho que allí no está. Tras mucho insistir, uno de los funcionarios les mostró un cuaderno donde efectivamente aparece anotado el nombre de María Pilar junto a un número, el 34, correspondiente a su historial. Pero la documentación no está. Y es que, según denuncian, han desaparecido todos los legajos de aborto anteriores al año 1975.

«Una de las secretarias del juzgado nos dijo que posiblemente se perdieron o quemaron al hacer las obras en el antiguo juzgado de San Bartolomé o en su traslado a los nuevos juzgados en Egia», apunta Bergado.

«Pero, ¿cómo es posible que nadie sepa dónde están?», se pregunta Flor Díaz, que, junto a su hermana Amadeli, busca a su hermano, nacido en la Línea de la Concepción (Cádiz) y cuyo nacimiento y supuesto fallecimiento incurren en numerosas irregularidades. «Los legajos son de un tamaño considerable -remarca-, por lo que no es fácil que se pierdan, y más cuando el traslado tiene lugar en la misma ciudad y con la cantidad de muertes de neonatos que, supuestamente, hubo en esos años. Y, si efectivamente no están, ¿quién o quiénes son los responsables y por qué los han hecho desaparecer?».

Se da la circunstancia de que Gipuzkoa es, en el ámbito de Euskal Herria, el territorio donde se acumula el mayor número denuncias, casi 300, de las cuales 80 están en manos de la Fiscalía. La mayoría son de nacimientos producidos antes de 1975.

Desde el Gobierno de Lakua alegan que la competencia en esta materia concreta corresponde a Madrid, «por lo que hemos pedido a Idoia Mendia que hable con el Ministerio de Justicia para esclarecer el paradero de estos legajos. De todas formas, la custodia de los documentos, así como su traslado, sí son responsabilidad suya», subraya. En las múltiples reuniones y comparecencias que han mantenido hasta el momento, entre ellas en el Parlamento de Gasteiz, no han recibido «más que buenas palabras pero, en la práctica, no vemos voluntad real para llegar hasta el fondo».

Juan Bautista Aranzabe, vecino de Tolosa, ha logrado que el Ayuntamiento aprobara el pasado 19 de abril una moción de apoyo que incluye ayuda sicológica y asesoría jurídica, «pero hasta el momento no se ha plasmado en hechos concretos».

Su historia también guarda similitudes con la de Rafael y María Pilar. Su hijo nació vivo en la clínica San Cosme y San Damián de Tolosa el 16 de agosto de 1973. Su esposa estuvo acompañada por el mismo doctor durante todo el proceso de parto. El niño pesó 1,8 kilos y dio un porcentaje normal en el test de Apgar. Al día siguiente, sin embargo, le dijeron que debía llevarlo al hospital Aranzazu, donde le podían dar una mejor atención. Aranzabe siguió el consejo, cogió en brazos a su niño e hizo el trayecto en taxi. Cuando fue a verlo un día después, un médico le comunicó que había fallecido debido a una insuficiencia respiratoria. En ningún momento se le mostró el cadáver.

En la denuncia presentada ante la Fiscalía resalta, entre otras cuestiones, que en los informes oficiales hay casillas tachadas y que no concuerdan las fechas de nacimiento y muerte ni las horas de vida.

Sobre el posible paradero de los bebés, ahora ya adultos, no duda de que «muchos de ellos están muy cerca de nosotros. Se dice que había una trama entre Bilbo y Tenerife, que si fueron vendidos a personas de otras provincias... Creo que hay un deliberado intento para que miremos hacia fuera. Pero estoy convencido de que no están tan lejos».

«Son muchas las irregularidades con las que nos estamos encontrando. En Bizkaia, por ejemplo, hay un acta firmada por un doctor cuyo nombre no figura en el Colegio de Médicos; es decir, no existe. Se nos niegan los historiales médicos, cuando éstos pertenecen exclusivamente al paciente. Tenemos el caso de una mujer a la que no le aparecen los historiales médicos de ninguno de sus cinco hijos. También es habitual el cambio de sexo: mientras en unos papeles figura como varón, en otros la criatura está registrada como hembra o viceversa. En otros casos la fecha de enterramiento es incluso anterior al nacimiento», explica Díaz.

Lo que empezó siendo una sospecha individual ha acabado en una búsqueda colectiva por encontrar a sus hijos y hermanos. Por ello, Flor, Amadeli, Juan Bautista, Rafael y María Pilar animan a quienes alberguen dudas sobre su origen o adopción a que se pongan en contacto con la la recién constituida asociación SOS-Bebés Robados Euskadi o con sus homólogas en Nafarroa y en el resto del Estado español.

Exigen acceso a las historias clínicas de centros públicos y privados, y llegar hasta el fondo. «Si bien es cierto que algunos de los implicados han muerto, otros siguen ejerciendo. Queremos justicia y que, en los casos en los que hayan fallecido, haya al menos un juicio social; muchos de esos médicos siguen gozando de reconocimiento y tienen calles o casas de cultura a su nombre».

«Somos los propios familiares y afectados quienes hemos impulsado las investigaciones

Reclaman que los hechos no se tipifiquen como «sustracción de un menor», delito que prescribe a los 15 años, sino como «detención ilegal permanente con el agravante de lucro».

Animan a que todo aquel que tenga dudas sobre su origen o adopción se ponga en contacto con la asociación.

madrid anuncia la creación de una base de datos genéticos muy limitada

Ante la avalancha de casos, el Gobierno español se ha visto obligado a crear un banco de datos genéticos, pero únicamente recogerá las muestras de ADN que previamente hayan sido solicitadas por un juez o por la Fiscalía. Esta base de datos no reconocerá las muestras de ADN que gran parte de los afectados ya han depositado en laboratorios privados. Así lo anunció la directora de Relaciones con la Administración de Justicia, Caridad Hernández. Una medida a simple vista insuficiente y muy limitada porque es probable que gran parte de los casos no acaben en los tribunales debido al largo tiempo transcurrido y a la falta de pruebas.

«Se trata de un muro más en nuestro camino. Me pregunto qué pasará con las familias que por falta de pruebas no puedan ni presentar la denuncia. Además, las muestras que ya hemos depositado en otros laboratorios son tan válidas como las que vaya a recoger el Instituto de Toxicología», subraya Flor Díaz. Pide que se incorporen la extracciones ya realizadas y se facilite la búsqueda a los familiares y afectados. A.L.

 

bebés

han sido ya exhumados en la Línea de la Concepción, en Andalucía. En Euskal Herria aún no se ha producido ninguna intervención así por orden judicial.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo