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El talento nacido en Sibenik: Darijo Saric, ungido por el espíritu indomable de drazen petrovic

Sólo tiene 17 años y toda Europa, toda, afila las garras ante su devastador talento y carácter, capaz de aunar la versatilidad de Kukoc y el liderazgo de Drazen Petrovic. Suena a exagerado, pero no hay experto que no vea en Darijo Saric la chispa del resurgir del baloncesto en Croacia.

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Arnaitz GORRITI

Una de las grandes cargas que los jóvenes jugadores de baloncesto de los Balcanes deben llevar sobre el lomo es la de la comparación. «El nuevo Divac, el nuevo Kukoc, el nuevo Radja, el nuevo Danilovic, Bodiroga, Djordjevic...», toda clase de comparaciones, casi siempre hiperbólicas, han salido a la plaza cada vez que un jovencito destacaba en los torneos cadetes o juveniles del kosarka -baloncesto, en serbocroata-. Pero nadie -con la salvedad de un precoz Arijan Komazec, allá por la década de los 90-, ha llevado sobre sus hombros el peso del jugador plavi más carismático: Drazen Petrovic. Hasta que llegó él: Darijo Saric. Avalado por su padre, Predrag Saric, un alero que coincidió con Petrovic en el Sibenka de Sibenik -pueblo del que procedía el Mozart del baloncesto continental, y del que, ¡oh Fortuna!, procede Darijo-. El espíritu indomable de Drazen lo ha ungido y, si LeBron James es the choosen one al otro lado del Atlántico, Saric lo es en Europa.

Nacido el 8 de abril de 1994, la perla croata es un jugador que mide 2,05 metros y, aunque por regla general juega como alero, es capaz de desempeñar casi cualquier posición sobre la cancha, con querencia hacia los puestos de escolta y de ala-pívot -vamos, como Toni Kukoc-. A sus 17 años, el de Sibenik ha guiado a su selección al oro del pasado europeo cadete, llevándose el MVP -24,3 puntos, 11,5 rebotes y 5,8 asistencias de promedio-; a su club -el KK Zagreb- al título de la Euroliga Junior -NIJT- de Barcelona, logrando el MVP tras promediar 20,3 puntos, 12,3 rebotes, 6,3 asistencias y 29,3 de valoración media, con triple-doble en la final ante el Zalgiris Kaunas -19 puntos, 11 rebotes, 10 asistencias y hasta 10 faltas recibidas-.

Además, en la Liga croata ha promediado 16,4 puntos, 5,1 rebotes, 2,9 asistencias y 22,9 de valoración por partido con el KK Duvraba, jugando de cuando en cuando con el KK Zagreb en la Liga Adriática.

Pero Saric no sólo ofrece números. El periodista gasteiztarra Jon de la Presa, experto conocedor del baloncesto europeo en categorías inferiores, destacaba en un artículo de julio de 2009 -titulado «Bienvenido al futuro»- que «su carácter le hace no esconderse nunca y tirar las bolas calientes en cada partido, teniendo un índice de fiabilidad bastante alto». El propio jugador es el más ambicioso. «Mi sueño es jugar para un grande en Europa y luego, quizá, en la NBA».

Por si hubiera alguna duda, el ex técnico baskonista Neven Spahija -natural de Sibenik e íntimo amigo de Drazen Petrovic- afirma en el libro «Sueños robados. El baloncesto yugoslavo», de Juanan Hinojo, que «después de mucho tiempo, tenemos un talento excepcional: Darijo Saric. Él es el primero, desde aquella generación de Petrovic, Kukoc o Radja, que tiene ese nivel. Es el mejor jugador que hemos sacado desde que somos un país independiente». Sólo Dino Radja, en el mismo libro, mantiene los pies sobre la tierra. «Le he visto un talento seguro. Pero si no trabaja mucho no devendrá en un jugador de ese alcance».

A punto de venir al Baskonia

En efecto, allá por el año 2009, un adolescente Darijo Saric estuvo muy cerca, increíblemente cerca, de recalar en el Baskonia. El jugador croata, de la mano de su padre -clave en el devenir de Darijo-, estuvo en Gasteiz y, comentan, quedó encantado con lo que le ofrecían, pudiendo formar parte de una generación muy prometedora con gente como Sandro Gacic, Daniel Barbieri o Carlos Martínez. Hubiera podido ser el enésimo acierto de Alfredo Salazar, junto a los Scola, Splitter, Calderón o Nocioni.

Fue, a última hora, el señor Predrag Saric -junto a la agencia BDA Sports- quien se echó atrás. Cuenta la leyenda que el Baskonia le ofreció un contrato por ocho años, prorrogable a dos años más, una operación que costaría tres millones de euros. Pero la larguísima duración de la relación contractual, sobre todo por la ausencia de una opción de salida previa a la NBA, enfrió un trato que estaba casi hecho, hasta que llegó el KK Zagreb y se llevó a la perla.

Obviamente, habrá que seguir atentamente la evolución de «Darijo I el grande». Pero todo apunta a que esta vez sí, que éste sí es el nuevo Drazen Petrovic.

 

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