Ya están los de Bildu en las instituciones, merodeando por pasillos y despachos, olisqueando el botín conseguido. Son los bárbaros. No distinguen la pala de pescado del untador de queso porque en las catacumbas que habitan con ayuda de sus manos desmiembran sus víctimas al tiempo que las desgarran a dentelladas. Siempre en continuo akelarre rindiendo pleitesía a Belcebú. Piensan condenar los fuegos artificiales por violentos y prohibir la ingesta de helados.

Ahora tendrán a su disposición todos los datos de la ciudadanía. Las poblaciones estarán a su merced y nadie velará los sueños de los niños.

Dicen que las vacas han empezado a parir terneros de dos cabezas y que los domingos al anochecer, si uno presta atención, puede percibir cómo el agua de la Concha toma tono sanguinolento. Hay quien dice que es por los orines expelidos durante el fin de semana por navarros y navarras. Pero no. La razón es que el Sagrado Corazón de Urgull llora sangre por la afrenta de la ocupación del ayuntamiento de la Bella Easo por las huestes rojo-separatistas. Ya le llaman Sangrado Corazón. Hasta el peine de los vientos ha dejado de peinar y quiere ser peineta con mantilla, a lo Cospedal, después de la retirada del retrato del rey de las Españas. ¡Tenían que ser también republicanos! No tardará en secarse el Urumea y la Real descender a segunda.

Haciendo de tripas corazón, una cosa podemos sacar en claro. Y es que gracias a los medios de comunicación y a que Bildu está en las instituciones, de repente, sabemos de cuánto dinero público se dispone. Antes no importaba pues estaba en manos incorruptibles, manos socialistas, peperas y jeltzales. Gentes de conducta intachable que antes se harían arrancar los ojos que distraer un céntimo de las arcas públicas. Como la historia demuestra.

¿Pero cómo es posible que esta gentuza sea la primera fuerza en Gipuzkoa y se haya hecho con la alcaldía de San Sebastián? se preguntaban indignados periodistas de democráticos medios. Gracias a que los han legalizado, apuntaba un avispado tertuliano.

Pudiera pensarse que la razón es que un sector mayoritario de la población ha votado a Bildu. Pero, al parecer de los expertos no es así. Otro gallo cantaría si, además de impedir poder ser elegidas a más de cuarenta mil personas, se les impidiese votar. Así las gentes de bien, los demócratas, como Rosa Díez, Rubalcaba, Mayor Oreja, Botín, Galindo, Amedo, como los periodistas del «Diario Vasco», «el País», «el Mundo» «La Razón», Intereconomía, la Cope, la Ser y un larguísimo etcétera podrían dormir un poquito más tranquilos. Que últimamente los veo pelín congestionaos ¡Pobreticos míos!

Rosi la tremenda dice que la entrada de Bildu a las instituciones le recuerda a lo ocurrido con Hitler en Alemania. Adelanta que pronto empezará a oler a humo y cadáveres. Unos le llaman la niña del pijama de rayas, otros, abreviando, la rayas.

A Zapatero no le gusta nada el triunfo de Bildu ¡Mecachis en la mar, de haberlo sabido...! Ahora resulta que preferían a Sortu.