El presidente de la CEOE ha hecho una propuesta alarmante: Hay que acabar con la revisión de los salarios en función del Índice de Precios al Consumo. Acto seguido, se hace una extraña pregunta que, al parecer, le confunde: «¿Qué tendrá que ver el precio de los carburantes con los salarios?».

(...) señor presidente de la CEOE, cuando se revisan los salarios con el IPC no es para aumentar los sueldos, sino para ganar exactamente lo mismo que se prometió el día de la firma del contrato.

Observamos cómo los banqueros aprueban el cambio y no se rigen por ese parámetro, el beneficio de la banca ha sido un 2,9% superior al del año pasado y sus sueldos se han incrementado un 36%. ¿Es esto lo que propone? A mí me parece un acto de generosidad excesivo con los trabajadores de este país, pero parece que usted plantea una congelación salarial indefinida.

Se asocian los salarios y los precios para que el empleado tenga acceso a lo elemental: que pueda comprar pan, dormir bajo techo, acudir al trabajo vestido, pagar un medio de transporte y un largo etcétera que no puedo resumir aquí, pero aconsejo a este señor que comience por ver Barrio Sésamo, programa en el que explican muy bien la diferencia entre cerca y lejos, alto y bajo, y que poco a poco se vaya familiarizando con la relatividad de las cosas. Pero a lo mejor no es tan tonto como parece y los que estamos en Babia somos los demás. A él, desde luego, no le va mal.