Ocho destacados militantes abertzales se sientan hoy en el banquillo de la Audiencia Nacional espa�ola para ser juzgados en el denominado �caso Bateragune�. Con unas acusaciones construidas en torno a la negaci�n del cambio de estrategia y paradigma impulsado por la izquierda abertzale y con el trasfondo de que todo responde a un plan elaborado y tutelado por ETA, se enfrentan a fuertes peticiones fiscales ante un tribunal con unos precedentes que no invitan a la confianza. Pero tanto por la demostrada capacidad de liderazgo y la acreditada estatura pol�tica de los encausados, como por el contexto pol�tico en el que se desarrolla, en un nuevo tiempo que va consolidando un escenario de esperanza y desbrozando el camino hacia un futuro de soluciones definitivas, este juicio traspasa de largo el espacio meramente penal. Euskal Herria es consciente de ello, pero tambi�n los sectores del estado dispuestos a hacer de este juicio la segunda vuelta de la batalla jur�dica y pol�tica que �perdieron� con la legalizaci�n de Bildu.

La defensa juega en campo contrario, con una atm�sfera medi�tica muy hostil y un coro de voces que exigen una sentencia que abra las puertas a nuevas agresiones al proceso de normalizaci�n democr�tica de Euskal Herria. Pero trabajar� duro e intentar� conseguir lo que desean y merecen las familias y allegados de los encausados, y amplios sectores de este pa�s: la absoluci�n. Con todo, conseguirla se presenta como algo m�s que un regalo del tribunal, menos fortuito que un golpe de suerte. Al contrario, va a necesitar una cantidad incre�ble de trabajo, disciplina y devoci�n en el pa�s, proyecci�n internacional, gestos y gestiones de todos los colores que provoquen una reacci�n en cadena, una c�scada que achique espacios y desarme los argumentos belicistas que mediante una condena ejemplarizante buscan la vuelta al pasado.

Todos son conscientes de que el cambio pol�tico requiere una narrativa colectiva y un protagonista que la haga coherente. Arnaldo Otegi simboliza para una gran mayor�a del pa�s ese papel. En varias entrevistas ya apunt� la actitud con la que encarar tambi�n este juicio: �Vamos a luchar para ganar�. Y por encima de todo, una sonrisa.