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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Se ponen histriónicos

El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, puede estar más que satisfecho si mira con atención cómo se han puesto los elementos más reaccionarios de la prensa hispana. José Luis Martín Prieto -el que se secuestró, como el inolvidable Bartolín- embestía ayer desde «La Razón» a cuenta de la capitalidad europea de la Cultura. No se pierdan el tema: «El jerarca nazi Hermann Goering repetía la balandronada de que cada vez que escuchaba la palabra cultura sacaba su revólver, aunque, a la postre, era un compulsivo coleccionista de arte robado». En realidad el que repetía esa frase era el españolísimo Millán Astray, pero le perdonamos la ignorancia.

Martín Prieto acercaba el ascua a su sardina: «Cualquier etarra con capucha o de paisano podría decir lo mismo y la designación de San Sebastián como Capital Europea de la Cultura en 2016 adquiere una simbología monstruosa cuando Donostia y buena parte del poder político de Guipúzcoa ha pasado a manos de Bildu, agente comercial y administración única de treinta años de terrorismo criminal». Cuando dice que «ha pasado a manos de Bildu», lo que quiere decir en realidad es que ha ganado las elecciones, pero pronunciarlo así le debe resultar insufrible.

Ya en plan histriónico advierte de que «el sindicato político de ETA utilizará el evento para propagar que el País Vasco permanece hollado desde el fondo de los tiempos por la horda española, con su cultura y su lengua mancilladas y los europeos, que confunden la ikurriña con la bandera inglesa, creerán que las vascongadas son como Irlanda, sometida a las bayonetas británicas». Y es que, a su juicio, «la ministra González-Sinde y casi la mitad de jurados nombrados por ella, han puesto el foco sobre el primer acto de un proyecto de la independencia vasca». Y eso les produce urticaria. ¿Se dan cuenta?

Y para rematar, el columnista al que le gustaba jugar al escondite augura que: «Este fasto cultural será euskaldún, separatista, cínico y falso, y las víctimas no podrán exhibir un panel con las fotos de 900 asesinados porque no es cultura ni memoria histórica. Este brindis al sol es otro regalo de despedida de Rodríguez Zapatero, que se va sembrando minas. Aprovecharán para recordar a toda Europa que les hemos robado el `Guernika'». Pues no es mala idea.

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