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Los botilleros; confidentes en un tobogán de sensaciones

No sólo el marketing ha transformado la originaria labor del botillero de refrescar al pelotari en mitad de los partidos. Aunque también busquen sostén técnico, los pelotaris buscan en ellos a sus hombres de confianza y estos últimos días tan convulsos su labor ha sido clave.

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Jon ORMAZABAL

Su forma de comportarse cuando están sentados en la «silla eléctrica» de la cancha es muy diferente. Mientras que a Asier, de pocas palabras, una mirada le basta para comunicarse con su hermano, Aitor Zubieta es mucho más expresivo con un Xala aparentemente tan distinto con el que, sin embargo, ha creado una química muy especial, sobre todo tras su transitar conjunto hasta la txapela del Parejas de 2010. «Le digo pocas cosas al hermano, pero si le digo algo, Aimar tiene la habilidad de poder hacerlo. Pero eso no es cualidad del botillero, es del pelotari. Siempre he dicho que el mérito es del que juega, de fuera le podemos decir alguna cosa puntual, pero si el que está de blanco no es capaz de hacerlo, no sirve de nada», explicó a GARA Asier Olaizola.

Sin embargo, su labor previa de estas últimas tres semanas -especialmente convulsas a raíz de la operación de apendicitis del lekuindarra, el revuelo formado tras la idea inicial de las empresas de no esperar a Xala, y todos los cambios posteriores- ha sido muy similar, la de tratar de aislar del entorno y centrar al pelotari en aspectos meramente deportivos y competitivos.

A pesar de no mantener lazos familiares, Xala y Zubieta comparten muchos momentos dentro y también fuera. Aficiones comunes, como la pesca -ambos suelen citarse habitualmente en lugares como Yesa o Cascante-, han solidificado esa relación que traspasa las paredes del frontón. «Al final, quieras o no, al margen de como botillero te llama como amigo, en los momentos buenos y en los malos también. Algo que también suelo hacer yo en el otro sentido», explica el zaguero de Etxarri.

Así que ambos han vivido muy de cerca la accidentada preparación de los dos protagonistas para la final y ambos están de acuerdo en que ha resultado «muy larga y dura» y eso que los de Asegarce al menos tuvieron el oasis de la concentración empresarial de Lekeitio, donde entre pelotaris existe el acuerdo tácito de intentar hablar lo menos posible de pelota. Eso sí, el menor de los Olaizola tuvo que hacer varias escapadas a Bilbo para no descuidar sus entrenamientos.

El de Goizueta es muy metódico y le gusta preparar minuciosamente los partidos grandes, por lo que tanto cambio no le ha beneficiado para nada. «Jugar contra un zurdo como Xala o hacerlo ante un diestro como Oinatz no tiene nada que ver», relata el hermano mayor.

Mantener el equilibrio

Delegando el aspecto físico en Justo Lillo -«ha hecho una gran preparación perfecta y Xala llegará al 100%»- y el técnico en Jokin Etxaniz, a Zubieta le ha tocado ejercer de balanza y tratar de equilibrar el estado moral del lekuindarra, que ha pasado por etapas muy diferentes. «Hay que entender que en los primeros días, tras la operación, pasó por fases y momentos muy muy malos, la verdad es que moralmente estaba muy tocado. Luego pasó a todo lo contrario, de estar muy tocado a verlo todo eufórico. Le dije que le hacían falta unos días para posarse, que se templara, cogiera tono y se preparase normal. Los primeros días, con la vorágine, fueron duros, el tema adquirió dimensiones muy importantes, pero la última semana ya lo he visto normal», declaró Zubieta.

«Personalmente, para Xala ha sido muy complicado, aunque haya tenido todo el apoyo de la gente y de los compañeros. La presión ha estado sobre él y estar en el ojo del huracán no es sencillo», agregó Zubieta que, no obstante, ve que al lapurtarra le sigue «el subidón», pero sin pasarse.

También para Aimar Olaizola han sido días muy duros mentalmente, sobre todo por esa eterna sensación de tener que justificarse de decisiones en las que no ha intervenido para nada. «Siempre hay algo -explica su hermano-. Si le gana a Irujo es que éste no estaba bien, que al uno le ha pasado esto o lo otro. Envidia hay en todos los lados y está claro que se habla de él porque es el que está siempre ahí en las finales. De nosotros nadie habla mal», apuntó Asier Olaizola.

Con el cariz que han tomado los acontecimientos, los de Goizueta son conscientes de que se ha generado una ola a favor de Xala, que se puede notar en las gradas de Miribila. «Espero que no se note, que la gente venga con respeto. Vendrá mucha gente a favor de Xala tras lo que ha pasado, y me parece muy bien, pero una cosa no quita la otra. Me parece muy bien que la gente que venga de Iparralde anime a Xala, pero respetando al hermano. Lo que no me gusta es que, por animar a uno, haya silbidos a otro, podría afear la final y ni Aimar ni Xala lo merecen».

 

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