La deuda griega y la ralentización de EEUU amenazan a las bolsas
Las dudas sobre la reestructuración de la deuda griega y el temido contagio al resto de países periféricos de la eurozona han lastrado el comportamiento de las bolsas. Pese a todo, en la última semana de junio, los índices se dieron la vuelta para terminar el semestre con alzas generalizadas. Por otra parte, se consolida una amenaza en forma de ralentización en EEUU.
Alberto CASTRO |
Las bolsas europeas lograron terminan el primer semestre con ganancias, tras la aprobación del plan de austeridad en el Parlamento griego. No obstante, a lo largo de este periodo no han podido esquivar el miedo a una reestructuración de la deuda, una amenaza todavía real pese a los esfuerzos de la UE y el FMI para tratar de taponar la profunda herida de falta de financiación que padece Grecia. Por el momento, se abre una puerta a la estabilidad de la actual situación sin necesidad de caer inmediatamente en el impago. Además, está a la vista la configuración de otro rescate en el que, como novedad, se espera la participación voluntaria de los bancos, tal como se ha aceptado esta misma semana en Alemania y del Estado francés.
Evidentemente, la crítica situación de Grecia ha dejado en un segundo lugar las dificultades propias de Irlanda y Portugal, los otros dos estados asistidos financieramente por las autoridades europeas para evitar el colapso definitivo. Sin embargo, habría que señalar la dura exigencia de los préstamos europeos y del FMI, así como su escasa efectividad a la hora de rebajar los diferenciales de la prima de riesgo. Es decir, cuentan con esas grandes ayudas -Grecia (110.000 millones), Irlanda (85.000 millones) y Portugal (78.000 millones)-, pero no logran devolver la confianza a los inversores que les piden más por prestarles el dinero.
Dudas en el Estado español
Tampoco se puede decir que la evolución del Estado español sea favorable a los inversores. De una parte, se está llevando a cabo la política de recortes sociales exigidos por la Unión Europea, pero en paralelo no se ve resultado alguno en la recuperación económica. Como ejemplo paradigmático, se encuentra el desempleo, que con una tasa del 20,9% supera con un amplio margen al resto de economías europeas. Así, Grecia, Irlanda y Portugal, estados «rescatados», tienen tasas de desempleo del 15%, 14% y 12,4%, respectivamente y según los últimos datos disponibles, mientras que la media del paro en la eurozona se sitúa en el 9,9%.
Del mismo modo, la prima de riesgo, sin estar tan descontrolada como en esos estados, se mantiene todavía alta -la semana pasada marcó un nuevo techo histórico- y con tendencia a seguir subiendo de no darse síntomas de mejora económica y regeneración del sistema financiero a corto plazo. Además, parecen apuntarse también a esta cadena del miedo a la deuda Italia y Bélgica, que han visto subir su diferencial con el bono alemán y son atacadas por las agencias de rating al colocarlos como estados sospechosos de perder credibilidad para poder cumplir con sus obligaciones.
Mientras tanto, la economía prosigue con su débil recuperación, en la que el PIB mantiene una senda positiva -la eurozona creció un 2,5% en el primer trimestre, y Alemania, un 5,4%-, pero la inflación va tomando cuerpo en los últimos meses. El dato adelantado de junio propone un IPC del 3,2%, superior al 2,7% previsto para la eurozona. El BCE ha renovado su tradicional vocación de permanecer vigilante al aumento de la presión de los precios y no descarta la posibilidad de una subida para este mes de los tipos de interés. Los expertos creen que, de producirse, no irá más allá de los 25 puntos básicos, por lo que se quedarían en el 1,50%.
En EEUU, el problema es otro: los síntomas de enfriamiento en la recuperación económica de este último trimestre. Los datos van señalando, casi en cascada, que se está frenando el ímpetu inicial del ejercicio, lo que ha obligado a reducir las expectativas de crecimiento.
Las dos encuestas de confianza del consumidor, la de la Universidad de Michigan y la del Conference Board, no presentan todavía señales de dramatismo. En cambio, sí parece más preocupante la evolución de las cifras en la creación de empleo, que han entrado en una fase de atonía larga, lo que complica la salida de la crisis. En mayo el desempleo creció hasta el 9,1%.
Los expertos, ante esa situación de una recuperación más lenta, ven como críticos estos meses venideros, después de que la Reserva Federal haya dado por concluido el llamado «quantitative easing» o expansión monetaria cuantitativa en su segunda versión.
En Estados Unidos, los datos van señalando, casi en cascada, que se está frenando el ímpetu inicial del ejercicio en lo que respecta a la recuperación económica, lo que ha obligado a reducir las expectativas.
En las bolsas se ha pasado de la alegría del primer trimestre, en el que se orillaron los serios problemas de los estados periféricos, a la prudencia, tras los altibajos proporcionados por la evolución de Grecia.
Muchos expertos apuntan que el impago de la deuda es una amenaza real y que la salida del euro no sería, pese al dramatismo expuesto por las autoridades europeas, el final del proyecto común de la moneda. Evidentemente, ahora, con una buena parte del sistema financiero comprometido, sobre todo en el Estado francés y Alemania, esa decisión sería más dolorosa.
Bajo este panorama, las bolsas europeas se han movido con nerviosismo, sobre todo en los últimos meses, aunque finalmente han logrado volver al terreno de las ganancias gracias a esta semana fuertemente alcista. El Ibex, que subía un 7,28% al cerrarse el primer trimestre, gana un 6,42% tras la primera sesión de julio. En la misma línea, París (+5,32%), Fráncfort (+7,31%) y Londres (+1,52%) reflejan únicamente la buena evolución de los últimos días. En el Ibex, Sacyr y Acciona son los mejores del año, mientras que Técnicas Reunidas y Mediaset, antigua Telecinco, son los más penalizados. A.C.