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Respuesta impotente a una estrategia ganadora

La petici�n de diez a�os de c�rcel para Arnaldo Otegi y Rafa D�ez y de entre ocho y nueve a�os para otros tres imputados del �caso Bateragune�, constituye un hecho muy grave, en tanto que representa la respuesta del Estado espa�ol a la apuesta de la izquierda abertzale por las v�as pac�ficas y democr�ticas. S�lo cabe hacer una lectura pol�tica de lo expuesto ayer por el fiscal Vicente Gonz�lez-Mota, porque jur�dicamente el caso nunca ha tenido base, y menos despu�s de lo visto y o�do en el juicio. El �nico hecho probado es que personas que hicieron y mantienen una apuesta decidida por un nuevo tiempo en el que la violencia sea cosa del pasado y en el que todos los derechos sean respetados, fueron primero detenidos y encarcelados y ahora se enfrentan a duras penas de prisi�n. La represi�n sigue siendo la �nica oferta del Estado y de sus gestores, en este caso el PSOE, a Euskal Herria. Esa es la preocupante constataci�n que toca hacer hoy.

Estamos, por tanto, ante una decisi�n pol�tica que el representante del Ministerio P�blico pretendi� vestir con ropajes jur�dicos, aunque no lo tuvo f�cil, ante la endeblez de la exposici�n realizada por los polic�as cuyos informes sostienen la acusaci�n. Su pretensi�n de invertir la carga de la prueba -�los acusados no han demostrado que no son de ETA�- o sus constantes apelaciones a la decisi�n del Tribunal Supremo sobre Sortu -�d�nde quedar� su argumento si el Constitucional revoca la ilegalizaci�n de este partido?- muestran la extrema debilidad de la tesis acusatoria. Sin embargo, la Audiencia Nacional ha sido escenario de sentencias condenatorias con �pruebas� de la misma enjundia.

Esta respuesta, violenta, del Estado, demuestra que la apuesta de la izquierda abertzale le hace da�o y que se siente fuera de lugar en el nuevo escenario. Si la izquierda abertzale actuara empujada por la debilidad, si estuviera en un proceso de rendici�n o de acomodamiento, no ser�a perseguida ni reprimida como lo est� siendo. Esa represi�n, sin embargo, es en este caso s�ntoma de impotencia. Arnaldo Otegi ya lo dijo hace dos a�os en el Anaitasuna: la izquierda abertzale naci� para vencer, no para resistir. El Estado entendi� bien estas palabras, por eso quiere mantenerle preso.

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