AHT Gelditu! Elkarlana destacó ayer que durante las dos últimas semanas «han caído en cascada» una serie de noticias que ponen en evidencia lo que la oposición al TAV lleva denunciando casi dos décadas: «el despropósito de un proyecto sin ningún sentido ecológico, económico ni social».

Esta plataforma, que ofreció una rueda de prensa en Bilbo, considera que la declaración «más impactante» fue la realizada por Enrique Urkijo, director general de la red de viajeros de Renfe, quien calificó de «desastre» la suspensión del AVE Toledo-Cuenca-Albacete, utilizado por una media de nueve personas al día, lo que ha supuesto «un derroche» de más de tres millones de euros durante los seis meses en que ha funcionado. A ello se sumó el anuncio del nuevo Gobierno de Portugal de que no impulsará la construcción de la línea entre Lisboa y Madrid. Para AHT Gelditu! esa decisión «muestra el nivel de improvisación y de desbarajuste que rige el proyecto de alta velocidad en general». Y como «remate» en lo que respecta al Estado español, citó «la suspensión de la línea Sevilla-Málaga, ya que la Junta de Andalucía no dispone de dinero para abordar casi la mitad del recorrido».

En cuanto a lo que está ocurriendo al norte del Bidasoa, este colectivo recordó que la Prefectura de Aquitania emitió una nota de prensa en la que sus técnicos concluían que «una nueva línea de alta velocidad que cruzase Iparralde no sería necesaria hasta 2035 y que las estimaciones de RFF estaban totalmente hinchadas». Además, a la heterogénea oposición que hace frente en Ipar Euskal Herria a la nueva línea del TAV se ha unido Laborantza Ganbara, con lo que la ya de por sí incierta conexión de la «Y vasca» con Hendaia se torna cada vez más complicada.

También comentó que la semana pasada ELA «desmontó una de las falacias más recurrentes» en torno a este macroproyecto: la idea de que crea empleo. Según recogió AHT Gelditu!, el sindicato abertzale denunció que en las obras de la «Y vasca» se realizan jornadas laborales de hasta 19 horas y que la tónica general son jornadas de 11 y 12 horas, con trabajadores contratados irregularmente que cobran entre 2 y 6 euros la hora, sin medidas de seguridad, con cotizaciones muy inferiores y sin respetar el convenio.

Por todo ello, AHT Gelditu! emplazó a los responsables de las obras del TAV, tanto en Euskal Herria como en el Estado español, a «que pongan fin a este desaguisado cuanto antes». A los gobiernos de Lakua e Iruñea, les exigió que «no continúen hipotecando y destruyendo» el patrimonio cultural y ecológico.