GARA > Idatzia > Mundua

Indefinición política y económica en Berlín

Angela Merkel pierde margen de maniobra en Alemania

La orientación de la política hacia Europa frente a la grave crisis financiera y la indefinición de posturas en el entorno internacional han suscitado las críticas hacia el Ejecutivo de Angela Merkel entre el resto de socios de la UE y varios ex políticos alemanes. Merkel y su Ejecutivo se han limitado a administrar la situación actual, sin disponer de una visión de cómo ha de ser la UE después de la actual crisis

p022_f01_199x120.jpg

Ingo NIEBEL

La canciller Angela Merkel no sólo tiene que enfrentarse a las críticas que le vienen desde los demás estados miembros de la UE por su posición frente a la crisis financiera que sacuden tanto a Europa como a EEUU. En casa, por un lado los sondeos le diagnostican una fuerte caída de simpatías del electorado y la pérdida del poder si el próximo domingo hubiera elecciones. Está por ver si éstas se celebrarán realmente en 2013, tal y como está previsto, porque un inusual grupo de destacados ex políticos está haciendo frente a la jefa de Gobierno por su gestión de la situación actual.

El semanario «Der Spiegel» citó al ex canciller Helmut Kohl que consideró como «muy peligrosa» la política de su correligionaria sentenciando incluso: «Ésta me rompe mi Europa»«. El democratacristiano desmintió estas palabras a través del diario sensacionalista «Bild», pero el «Spiegel» se ha quedado con su versión.

Merkel debe su carrera política, que le ha llevado hasta la presidencia de la Unión Demócrata Cristina (CDU), a Kohl, quien en su día la llamó «mi chica».. Su antecesor en el cargo, el ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt, alertó desde las páginas del semanario «Die Zeit» que había que ayudar a Grecia, porque en el fondo «no se trata de la moneda sino de Europa». En la misma línea está argumentado el ex ministro de Asuntos Exteriores, Joseph Martin «Joschka» Fischer: «Para hablar claro: casi todo está en juego».

Estas críticas se unen al hecho de que Merkel no sólo deja sola a Grecia sino que algo parecido ha hecho también con la OTAN cuando Alemania se abstuvo en el Consejo de Seguridad de la ONU a la hora de votar la implantación de la zona de exclusión aérea sobre Libia.

El «New York Times» explica la actitud de Merkel con que Alemania está dando la espalda a la UE porque su economía e industria consideran tanto a Rusia como a China como sus futuros mercados. «Alemania ha estado durante mucho tiempo en el centro de la economía europea pero Europa no es tan central para Alemania como lo ha sido» sentencia el prestigioso diario. No es nada nuevo que el negocio impera, pero sí que la política no lo respalde con explicaciones y gestos. Eso se nota también en las recientes ventas de armas que han sido tema de debate en Alemania.

Por un lado, el Consejo Federal de Seguridad, bajo el liderazgo de Merkel, ha accedido a que Arabia Saudí compre 200 carros de combate. Se trata del modelo más moderno del tanque Leopard 2A7 plus, especialmente habilitado para combates en zonas urbanas. Por lo tanto, queda desvirtuado el argumento esgrimido por personas cercanas al Ejecutivo que decían que la monarquía árabe necesita los vehículos para hacer frente a su rival regional, Irán.

Obviamente la canciller no ve ninguna contradicción entre apoyar a las denominadas «rebeliones árabes» contra gobiernos autoritarios y la ayuda a un reino que, dejando de lado sus constantes vulneraciones de los derechos humanos y políticos, acaba de invadir la vecina isla de Bahrein para sofocar dicha rebelión. En el transcurso de un viaje a Angola por razones económicas, Merkel anunció que empresas alemanas venderían varias patrulleras a este país africano.

En este contexto, nadie ha querido discutir públicamente en Alemania la venta de un sexto submarino ultramoderno a Israel. El Estado sionista posee ya tres sumergibles, y entre 2011 y 2012 entregará otras dos naves como el recién vendido. Estos tres últimos cuentan con un sistema de propulsión a base de una célula de combustión que los convierte en armas letales, ya que sin el ruido del motor son casi indetectables por el sónar.

Para más inri, los técnicos alemanes han ayudado a sus homólogos israelíes para que cada uno de los seis submarinos pueda lanzar también misiles nucleares de 1.500 kilómetros de alcance. Esta ayuda militar inclina la balanza en favor de Tel Aviv mientras que la canciller rehúsa posicionarse claramente en favor de ese estado y en contra del mundo árabe.

Esta indefinición es algo que hasta ahora no se había dado en Alemania. Tanto Schmidt y Kohl como también Schröder y Fischer han blindado los intereses del capitalismo alemán con sus correspondientes políticas. El credo de Kohl respecto al euro siempre ha sido: «Hay que entrelazar la Unión Monetaria con una unión política». Su sucesor socialdemócrata Gerhard Schröder fracasó junto con el ex presidente francés Jacques Chirac en convertir la UE en un tercer polo político entre EEUU y Rusia. Merkel y su ejecutivo se han limitado a administrar la situación actual, sin disponer de una visión de cómo ha de ser la UE después de la actual crisis.

La ausencia de visiones caracteriza asimismo el estilo político de Merkel en casa. En tiempos de Kohl su partido era conservador, cristiano, aliado de EEUU y de la OTAN y favorable a la energía nuclear. «Su chica» ha despojado a la CDU de estas características sin consultar este cambio con las bases. En este contexto, las dos elecciones regionales en setiembre pueden ser decisivas porque la economía e industria alemanas necesitan a un partido que haga de bisagra con la sociedad.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo