GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Traje y corbata

Francisco Camps dimitió, por España, naturalmente, como President de la Generalitat valenciana, y lo hizo impidiendo que las televisiones pudieran retransmitir en directo su declaración. Un símbolo. Veinte minutos de retardo dan para corregir muchos errores semánticos. O simplemente dan para que se preparen los portavoces que deben salir inmediatamente a los medios para dar su opinión. Uno de sus penúltimos actos de manipulación, prepotencia y chulería beata. Su discurso de dimisión es una joya del sainete chabacano. Su forma absolutamente sobreactuada y su textualidad, un compendio de tópicos. Ese «Inocente, inocente, inocente», es muy televisivo, pero el monigote lo ha colgado él durante años al pueblo valenciano. Y a Mariano Rajoy, ese hombre que aseguró en plaza pública que siempre estaría «detrás, delante o al lado tuyo». O sea, se vestirá con toga para no sentarse en el banquillo de los acusados, intentará convertir los trajes en limosnas, y algo tenemos claro, si Mariano Rajoy llega a la Moncloa, ya sabemos al primero que nombrará ministro: al dimisionario, por España, y por Rajoy. Pacto entre rufianes políticos.

Una noticia de esta índole copa los noticiarios, pero por medio sucede una nueva trifulca de la vedette manchega, José Bono, que uno siempre ve como una vida paralela en el santoral con Camps. ¿O era con Zaplana con el que tenía negocios? Pero nunca un presidente de la cámara ha intentado ser tan protagonista. Nunca alguien ha mantenido una actitud tan intervencionista y ha demostrado ser tan deudor del franquismo como este individuo que se empeña en que los parlamentarios vayan con corbata. Bueno, si por él fuera, irían con corbata y escapulario. Y en vez de constitución, misal y principios de movimiento. Se ha convertido en una estrella mediática, un problema democrático, capaz de aglutinar tensiones creadas por él mismo para ser noticia. Es una suerte de Aída Nízar de la política. Lo de la corbata parece ridículo, pero es un síntoma más de su incapacidad para entender el tiempo en el que vive. Los parlamentarios sin corbata crecen. Los sin traje, también, no sea que les miren mal.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo