Noruega, que destaca deportivamente sobre todo en las disciplinas invernales de nieve, ha empezado a sentir la pasión por el ciclismo, seducidos por los éxitos de sus dos representantes en la Grande Boucle, Edvald Boasson Hagen y Thor Hushovd, rebautizado por sus compatriotas como Thor de France.

Cuatro victorias de etapa -dos por cabeza-, dos de ellas esta semana fruto de sendas escapadas -además, el martes hicieron doblete en Gap: Hushovd primero y Hagen segundo-; Hushovd vistiendo el maillot amarillo durante siete días... y la carrera no ha acabado todavía para los dos únicos noruegos, que ya han cumplido y colmado de felicidadad a sus compatriotas.

Y, cuando las circunstancias son excepcionales, las reacciones también lo son. El jefe de Gobierno interrumpió sus vacaciones el martes para enviar felicitaciones a los dos ciclistas. «El ciclismo es un gran deporte y me siento orgulloso de ser el primer ministro de un país que tiene dos corredores tan sobresalientes», declaró Jens Stoltenberg en un mensaje televisado.

Tras superar a Boasson Hagen en Gap, Hushovd -a quien a menudo se refieren como Thor [pronunciado Tour] de France por sus 10 victorias de etapa en la carrera francesa- comparó la etapa con un «campeonato de Noruega». La expresión del actual campeón del mundo arrasó en los medios de comunicación de su país, a quienes el doblete de los ciclistas vikingos sacó de su letargo estival.

«Tour de Noruega», alardeaba el pasado miércoles el diario de referencia «Aftenposten en Une». «Es fabuloso. Es el mayor acontecimiento que se haya producido jamás en el ciclismo noruego», aseguraba embalado el comentarista de la televisión pública NRK.

Y los bisabuelos de Hesjedal

Numerosas banderas noruegas y cascos vikingos son visibles en los arcenes de las carreteras que atraviesa la caravana de la ronda gala, y muchos veraneantes noruegos se hacen un montón de kilómetros desde su país para ir a animar a sus héroes participantes en el Tour.

Para proporcionar, si fuera necesario, un sabor todavía más nórdico al podio del pasado martes, en los medios noruegos no se han cansado de subrayar que por las venas del tercer acompañante de la fuga, el canadiense Ryder Hesjedal, también corre la sangre noruega de sus bisabuelos.

Y al día siguiente Hagen hizo que los corazones de sus compatriotas se encogieran aún más al imponerse en solitario en la 17ª etapa, que finalizaba en Pinerolo, logrando su segunda victoria en este Tour. «Encontré fuerzas suplementarias gracias a todos los aficionados noruegos que me encontré en la ruta», afirmó después el corredor de 24 años.

Su triunfo fue celebrado con gritos de alegría y abrazos en directo de los comentaristas del canal TV2. «Edvald [Boasson Hagen] se ha tomado la revancha», titulaba «Aftenposten en Une» su edición de internet.