Maite SOROA | msoroa@gara.net
La derecha ensalza al presunto corrupto
Un nombre acaparaba ayer los titulares y columnas de opinión: Francisco Camps. Ya saben, ese presidente autonómico que se ha visto obligado a dimitir porque le van a juzgar por un delito de cohecho. Un presunto corrupto, vamos. Sin embargo, es del PP y gran amigo del jefazo, además, así que los medios de la derechona en vez de criticarle, le dan coba. ¡Y cómo además! El editorial de «La Razón» era un monumento a la sumisión política de algunos medios. «Camps da una lección» titulaba, y al principio una no sabía si se refería a una lección de aferrarse al poder hasta que le echan a escobazos.
Pero no, el texto era muy ilustrativo. Vean, vean: «La grandeza de los líderes políticos se mide por gestos como el que protagonizó ayer el hasta ahora presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, que anunció su dimisión tras soportar durante más de dos años una campaña de acoso y derribo como en pocas ocasiones se ha visto en España. Esta decisión personal tan honorable responde a su firme determinación de defender su inocencia puesto que no ha habido nada irregular en su actuación política». Supongo que será el juez quien determine si ha habido algo «irregular», pero hablar de honorabilidad en este caso suena a broma de mal gusto. Sin embargo, el editorialista parecía empeñado en adular al presunto hasta el sonrojo. «Lo que nadie le podrá negar a Francisco Camps es el formidable legado que ha dejado en la Comunidad Valenciana, situándola entre las comunidades autónomas más pujantes de nuestro país y entre las que mejor están soportando la crisis económica. La realidad es que Francisco Camps era un líder imbatible, un gran capital para el PP, que siempre ha estado al servicio del partido». Algunas amigas de Valencia no estarían nada de acuerdo.
Pero, realmente, lo que preocupa a «La Razón» es el futuro de Rajoy. Por esos sostiene que «Los que acusaban maliciosamente a Mariano Rajoy de inacción ante esta situación deberían replantearse su opinión. Hay constancia de que el líder del PP sabe manejar extraordinariamente los tiempos y, como a él le gusta, con discreción, rigor y eficacia». Sí, por eso Valencia sufre la mayor crisis institucional en mucho tiempo.