Andy Schleck realizó una exhibición en la dura etapa diseñada por el Tour para homenajear al Galibier al cumplirse 100 años de su primera ascensión. Se escapó a 62 kilómetros de meta en el Izoard, llegó a tener más de cuatro minutos de ventaja y mantuvo 2:15 en la cumbre sobre su principal rival, Cadel Evans, y 2:21 sobre un Thomas Voeckler que mantuvo el liderato por quince segundos.

Contador, que sigue con la rodilla derecha tocada, y Samuel Sánchez fueron los grandes derrotados de la etapa reina del Tour al ceder en la parte final del Galibier un tiempo que les deja lejos de una lucha por el podio que parece quedar reducida a cuatro corredores. Andy Schleck decía que sólo veía en el podio final a un hermano en lo más alto, pero Frank tiene muchas opciones de acompañarle y, salvo sorpresas, sólo Evans y Voeckler pueden evitar que por vez primera compartan foto final en París dos hermanos.

Contador perdió cuatro minutos con Andy Schleck y dos con Evans y, salvo una recuperación milagrosa, romperá su racha de seis grandes vueltas ganadas. También Samuel Sánchez se despidió del podio al ceder en la parte final y quedar ya a más de cuatro minutos del cuarto. La mala etapa del líder de Euskaltel contrastó con la gran actuación de Haimar Zubeldia, decimotercero en el Galibier y decimocuarto de la general con opciones de mejorar el puesto en las dos próximas etapas. El Top 10 queda a 2:34.

Gran jugada del Leopard

Esas son las conclusiones de una etapa épica. Había terreno para la batalla con tres grandes puertos que superaban los 2.300 metros de altitud y acumulaban entre ellos cerca de 4.000 de desnivel. Pero desde la cima del segundo, el Izoard, a la parte dura del Galibier había 47 kilómetros con viento contrario que podía desanimar a cualquiera para atacar desde lejos.

Leopard planteó la etapa a la perfección y demostró la importancia de tener el mejor equipo de la carrera. Metió a Monfort y Poosthuma en la fuga, en la que entraron los vascos Rubén Pérez, Urtasun (Euskaltel), Erviti (Movistar) e Irizar (Radio Shack). Saxo Bank no colocó a ninguno y el BMC sólo a Brookwalter.

Además Leopard tiró del pelotón, otra vez Voigt realizó un gran trabajo, para endurecer la etapa y dejar a los favoritos casi sin compañeros. En ese momento Poosthuma fue atrapado para hacer un último esfuerzo y Andy Schleck saltó a 62 kilómetros de meta y a siete del alto, que coronó con más de dos minutos sobre los favoritos. En la bajada le esperó Monfort y además contó con la colaboración de Devenyns para llegar a alcanzar más de cuatro minutos sobre un grupo en el que Euskaltel era el equipo más representado.

Por ello los naranjas trabajaron con los pocos corredores que tenían BMC y Saxo Bank, pero sin poder reducir la diferencia. Lo único que provocó fue empeorar la clasificación por equipos, en la que Euskaltel baja al séptimo puesto.

A quince kilómetros de meta, después de ocho de subida, la ventaja era de 4:15. Por ello tuvo que ser Cadel Evans el que asumió el mando de las operaciones y comenzó a falta de doce para el alto casi una cronoescalada que le permitió recuperar dos minutos con Andy Schleck.

Sólo cinco corredores pudieron seguir la rueda del australiano, entre ellos Voeckler y su lugarteniente Rolland, al que el líder sólo mandó tirar en el último kilómetro, cuando se dio cuenta de que podía mantener el amarillo. Hasta entonces se conformaba con seguir la rueda de Evans, que fue atacado en el último kilómetro por Frank Schleck para colocarse en la tercera plaza de la general.

Otra gran etapa

Pero sólo 72 segundos separan a los cuatro primeros, mientras que Basso y Cunego comparten la quinta plaza a dos minutos y medio de Evans. Una distancia que parece insalvable porque los italianos no son buenos contrarrelojistas y en la alta montaña bastante hacen con seguir el ritmo de los primeros. Por eso la última jornada alpina de hoy entre Modane y Alpe d'Huez, de sólo 109 kilómetros, resultará clave porque es probable que los Schleck quieran sacar tiempo a Evans y Voeckler para la crono.

Habrá que ver cómo recuperan todos después del esfuerzo de ayer y cómo plantea la carrera Leopard, porque si quiere tiene terreno para endurecerla. Casi de salida se sube el Galibier desde una vertiente más dura que la de ayer, por el Telegraphe, 11,9 kilómetros al 7,1%, y tras un descenso de cinco se suben 16,7 al 6,8%. Luego espera la subida final de Alpe d´Huez, 13,8 kilómetros al 7,9% de media.

Son unas rampas en las que los Schleck pueden jugar sus dos bazas para intentar sacar una renta sobre Voeckler y Evans que les permita lograr la victoria con Andy y colocarse en el podio con Frank para una foto que quedaría para la historia.