El presidente de Malawi reprime las protestas, que dejan al menos 18 muertos
El presidente de Malawi, Bingu wa Mutharika, aseguró ayer que no dejará el poder mientras ordenó el despliegue al Ejército en la capital, Lilongwe, para reprimir las protestas contra el Gobierno, que se han saldado ya con la muerte de al menos 18 personas, al tiempo que dejaba abierta la puerta al diálogo.
Ayer, por segundo día consecutivo, hubo protestas en Lilongwe y Blantyre, la capital económica del país, reprimidas por la Policía. Las tiendas estuvieron cerradas y la tensión fue palpable durante todo el día.
Este pequeño país del sur de África, uno de los más pobres del mundo, sufre escasez de combustible después de que el Gobierno, en junio, esquilmara las reservas para pagar las importaciones.
La oposición protesta desde el miércoles contra el autoritarismo y la mala gestión económica de Mutharika, ex economista del Banco Mundial y presidente desde 2004. «Malawi está bien gobernado», afirmó Mutharika, quien dijo que la falta de divisas o reservas no es un signo de mal gobierno o fracaso del Estado.
El hombre fuerte del país llamó a la calma y dejó abierta una puerta al diálogo con la oposición y la sociedad civil, a las que exigió el fin de los saqueos.
El Ministerio de Salud informó de la muerte de al menos 18 personas en Mzuzu, Lilongwe, Blantyre y Karonga.