Luz verde a la reforma de las pensiones, el mayor recorte social de los últimos 30 años
La aprobación de la reforma de las pensiones en el Congreso español concitó una respuesta negativa por colectivos sociales y de la mayoría sindical vasca, porque supone el mayor recorte de derechos sociales de los últimos 30 años. Obligará a trabajar más para cobrar menos.
Juanjo BASTERRA
El Congreso español aprobó ayer la sexta reforma de las pensiones. Es el mayor recorte social que se ha producido en los últimos 30 años. Contó con la aprobación de CCOO y UGT, al contrario del rechazo que suscitaron en la UE reformas en contra de los derechos sociales de los trabajadores. En Hego Euskal Herria, la mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru realizaron a finales de enero una huelga general que movilizó a una parte importante de la sociedad vasca.
La reforma de las pensiones obligará a partir de 2013 a trabajar más para cobrar menos cantidad una vez que se acceda a la jubilación. La edad legal de la jubilación pasa de 65 a 67 años. Para percibir el 100% de la pensión se deberán cotizar 37 años, cuando en la actualidad esa barrera se sitúa en los 35 años.
Se podrá anticipar la jubilación a los 65 años si se han cotizado 38 años y medio a la Seguridad Social. La jubilación anticipada se eleva a los 63 años. A partir de la entrada en vigor, aumentará de 15 a 25 años el número de años para calcular la pensión. Aunque se hará de forma progresiva hasta el año 2027 provocará una caída de las pensiones de la gran mayoría de los trabajadores y supondrá dejar fuera a otros muchos, sobre todo mujeres que trabajan a tiempo parcial y que no podrán cotizar en su carrera laboral los 37 años que exige la nueva ley.
Según los cálculos, los nacidos en 1960 ya no podrán retirarse antes de los 67 años, salvo que hayan cotizado los 38,5 años.
Esta reforma supondrá un balón de oxígeno para los sistemas privados de pensiones.
La nueva legislación permitirá a las trabajadoras del hogar incorporarse al Régimen de la Seguridad Social, aunque la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia recordó que «no es inmediata ni con todas las consecuencias» y añadió que «fomentará la picaresca», dado que muchos empleadores «ni dan ni darán de alta a las trabajadoras».
Ocupación de oficina
En Barakaldo se escenificó el rechazo a la reforma de las pensiones con la ocupación de la oficina de la Seguridad Social por un grupo de personas que respondieron a la convocatoria de los colectivos sociales y sindicales de Ezkerraldea.
Denunciaron que «supondrá el agravamiento de las condiciones de vida de quienes estamos afectados por la crisis económica». Por otro lado, la mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, lamentó «la aprobación por el Congreso español el mayor recorte realizado al sistema de pensiones, avalado por CCOO y UGT».
A juicio de la mayoría sindical, «mientras el poder financiero anuncia a `bombo y platillo' los ingentes beneficios obtenidos este año, para la mayoría de la población la receta sigue siendo la de los recortes sociales y laborales». Destaca que «ha salido adelante gracias a la colaboración del PNV y UPN, pero ha sido rechazada en Hego Euskal Herria por miles y miles de personas, de la mano de una huelga general».
A juicio de la mayoría sindical, el denominador común que se ha seguido con la reforma de las pensiones «ha sido el oscurantismo y el secretismo. Es aberrante la manera y las fechas en las que se ha tramitado la reforma. A espaldas de la clase trabajadora, se ha aprobado una ley que reducirá esta prestación a la mayoría de la población, dificultará su acceso a los colectivos más vulnerables y disminuirá su cuantía».
ELA, LAB, STEE-EILAS, HIRU y EHNE expresaron su firme rechazo a la reforma y apostaron por «la consecución del Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social para mejorar las condiciones sociolaborales de los trabajadores».
CCOO y UGT, por su parte, se mostraron satisfechos con la aprobación «porque es fruto del acuerdo y la responsabilidad de los agentes sociales» y porque «permitirá que el sistema afronte con solvencia los retos demográficos futuros».
La sexta reforma de las pensiones obligará a trabajar más años, hasta los 67, pero a cambio se percibirá menos salario, dado que el cálculo se ampliará a los 25 años, por los 15 actuales.
Si en la actualidad más de la mitad de los pensionistas perciben una pensión inferior al umbral de la pobreza, en el futuro se agravará porque muchas mujeres y jóvenes no llegarán a cotizar los 37 años obligatorios por la incidencia de los contratos precarios.