El discurso de presentación de la candidatura a la presidencia del Gobierno de Alfredo Pérez Rubalcaba, según comenta Juanjo Alvarez en su artículo de NG: «Reforma electoral: una recurrente tentación centralista», es un intento de desmarque de las políticas de Zapatero y lanzamiento de señuelos a los del movimiento 15-M... Efectivamente, la reforma electoral atiende a una reivindicación del 15-M, pero no corrige la carencia orgánica esencial de nuestro sistema. Así, que el hecho de que el candidato del PSOE diga: «La democracia tiene dueños, que son los ciudadanos», no tiene fundamento de hecho. «La democracia se legitima mayoritariamente como las reglas del juego que a todos dan cobijo». Ni el mejor sistema electoral del mundo posibilitará que los ciudadanos de este país seamos «dueños de la democracia», mas que un solo día cada cuatro años, si antes no se reforma la Ley Orgánica Iniciativa legislativa Popular ILP 3/1.984 derivada del Artículo 87.3 de la Constitución.

Reivindicación de cabecera del 15-M que el candidato Rubalcaba ha pasado por alto. Cambiar el sistema electoral a otro de más proporcionalidad como el alemán, llevaría solo a una mayor equidad parlamentaria, pero no reduce las restricciones de representatividad popular que conlleva la citada Ley Orgánica, en particular para quienes confían en la consulta popular y el referéndum, mas que en votar un vez cada cuatro años.

Si la abstención estructural (37%) es el grupo mayor, y el 80% de ciudadanos apoyan el movimiento 15-M («The Economist»), la tendencia creciente puede llegar a mayoría absoluta. Así, ¿qué le puede motivar a esta mayoría un sistema electoral perfecto como único cauce?

El profesor de Teoría Política de la Universidad de Granada Rafael Vázquez García, reclama una regeneración democrática del país: «Se echa en falta una sociedad civil no guiada por consignas partidistas, que exija responsabilidades a los poderes públicos». Ello precisa crear cauces de participación en debates y propuestas por internet entre los parlamentarios y la ciudadanía... en aras a la reconciliación.