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El 56% valora como malo al Gobierno de López y el 78% confía poco o nada en él

La última oleada del Euskobarómetro hunde la imagen del Gobierno de Patxi López. Si empezó mal, con el paso del tiempo las cosas le van peor. El 56% de los encuestados lo valora como malo y el 78% tiene poca o ninguna confianza en que pueda resolver los problemas.

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Iñaki IRIONDO |

El Gobierno de Patxi López no gusta a sus gobernados. De hecho, nunca ha gustado. Ni el Ejecutivo en sí ni el pacto con el PP que lo sustenta. Eso es lo que viene repitiendo de manera constante cada seis meses el Euskobarómetro, una encuesta de la UPV que dirige el ex alto cargo del PSE Francisco Llera.

Los datos son demoledores. El 56% de los encuestados valora que el Gobierno de López es malo. Esto es un 14% más que hace seis meses. El aumento del descrédito es espectacular, porque entre las oleadas de noviembre de 2009 y noviembre de 2010 la variación había sido del 40% al 42%. Y en el último medio año ha estallado.

Paralelamente, los que consideran que la actuación del Gobierno es buena han bajado del 23% al 15%. Y un 27% dice que «ni lo uno ni lo otro».

A este contundente suspenso se le deben añadir las escasas perspectivas que tiene la ciudadanía de que el Ejecutivo sea capaz de levantar cabeza. El 78% de las personas que han respondido a la encuesta señalan que tienen poca o ninguna confianza en que el Gobierno de Patxi López pueda «sacar adelante los problemas del país». Concretamente, los que tienen «poca confianza» son el 46% (hace seis meses eran el 42%) y los que no tienen «ninguna confianza» suman el 32% (31% hace medio año). Sólo el 18% de los sondeados dicen tener «mucha o bastante» confianza. El Euskobarómetro no especifica cuántos son los de la «mucha» y cuántos los de la «bastante».

Contra el pacto PSE-PP

El pacto PSE-PP que sustenta al Gabinete de López también suscita una rechazo mayoritario entre la ciudadanía consultada. Nada menos que el 67% se muestra en desacuerdo con él, pese a que los encuestadores lo llaman «pacto de estabilidad», extraña denominación cuando en el título del acuerdo firmado por PSE y PP no figura en ningún lado el término «estabilidad».

Este pacto, por cierto, sólo gusta a la mitad (51%) de los que declaran ser votantes del PSE, un 3% menos que hace seis meses. Son mucho más entusiastas los del PP, puesto que están de acuerdo el 71%. Pero, ojo, si se revisa la letra pequeña se comprobará que hace medio año eran nada menos que un 95%.

El presidente del PP, Antonio Basagoiti, ya se encargó ayer de destacar también que al 31% de su electorado no le gusta el Gobierno de López.

Un suspenso permanente

El PSE llegó a Ajuria Enea después de ser la segunda fuerza electoral, a mucha distancia del PNV, y con un Parlamento del que habían amputado a la representación de la izquierda abertzale. El pacto con el PP que permitió la investidura de Patxi López suma más escaños que la oposición, pero tiene menos votos que ella (incluso sin contar las papeletas ilegalizadas).

En estas condiciones políticas, no era difícil imaginar la desafección e, incluso, antipatía que podía despertar entre la ciudadanía. Y así se reflejó ya en la primera encuesta que se realizó a los pocos días de que se conformara el nuevo Ejecutivo.

En lugar de interpretar los datos como una crisis de legitimidad a los ojos de la ciudadanía, el Gobierno de López pensó que tenía un problema de imagen y de desconocimiento de su gestión. El propio lehendakari vaticinó que «con el paso de los meses esos datos mejorarán muchísimo». Y la portavoz del gabinete, Idoia Mendia, anunció próximas subidas de la popularidad de López que nunca se tradujeron en datos, pues sigue cayendo sondeo a sondeo.

Según las encuestas y al contrario de las previsiones oficiales, cuanto más se conoce al Gobierno, menos gusta.

Variada composición del electorado de Bildu

El Euskobarómetro, basado en encuestas realizadas a 1.200 personas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, también ofrece un retrato de la procedencia del voto a cada candidatura en las pasadas elecciones municipales y forales.

Por lo novedosa y especialmente plural, llama la atención la composición del electorado de Bildu. Según este sondeo, un 37% de sus votantes actuales provienen del voto anulado; el 23% se había abstenido con anterioridad; el 8% había votado al PNV; el 6% a EA; y otro 6% eran nuevos votantes que no tenían edad legal en anteriores comicios. Un 5% llegaron a Bildu tras haber votado antes a Aralar y un 4% habían sido electores de EB.

El 57% del conjunto de los encuestados está satisfecho con los resultados electorales en general.

El 56% considera que el resultado de Bildu en las elecciones locales de mayo, en las que obtuvo el mayor numero de alcaldías y concejales, es positivo para el fin de la violencia. Un 58% cree insuficientes los últimos movimientos de la izquierda abertzale en esa dirección.

El 64% está de acuerdo con la legalización de Bildu por el TC y el 54%, en contra de la prohibición de Sortu por el TS. I.I.

independencia

El 36% de los encuestados dice tener «grandes deseos de independencia» (+3 desde hace seis meses) y un 27% (+7) «pequeños deseos de independencia». Un 28% (-7) no muestra «ningún deseo».

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