Artea
Girando el mundo, sacudiendo las cosas, Marc Chagall crea un nuevo concepto
El mundo invertido del artista francés de origen ruso Marc Chagall (1887-1985) se expone por primera vez en Euskal Herria, concretamente en Donostia, en la sala Kubo-Kutxa. Tal como explicaron en la presentación de ayer, esta muestra, titulada «Sens Dessus dessous», nació de una reflexión que hacen todos los visitantes del Museo Chagall de Niza: ¿Por qué pinta las personas y los objetos al revés? Con esta selección de 132 obras intentan aclarar el misterio.
Maider IANTZI | DONOSTIA
Seres voladores, cabezas giradas hacia abajo, calles que tienen todos sus elementos característicos pero colocados de una manera distinta... Observar la obra de Marc Chagall es adentrarse en una atmósfera onírica y sentir una sensación de ingravitez, porque este artista que participó activamente en la Revolución Rusa de 1917 saca a la luz la parte más caótica de la vida.
La muestra que alberga la sala Kubo-Kutxa del Kursaal hace un completo repaso por los argumentos principales del arte de Chagall, de los autorretratos a la Biblia, pasando por paisajes, surrealismo y motivos circenses. Según destacó Elisabeth Pacoud-Rème, que junto con Maurice Fréchuret es la comisaria de esta exposición, en cada uno de los temas acaba retomando esa visión del mundo invertido.
¿Pero por qué, con qué finalidad? «Nos damos cuenta de que se debe a razones ancladas profundamente en su manera de ser», indicó Pacoud-Rème. Recordó que se adhirió a los ideales de la revolución y que tenía una mentalidad optimista; pensaba que se podía cambiar el mundo mediante el arte. Se llevó una decepción debido a la evolución de los acontecimientos, pero aun y todo conservó ese positivismo, esa idea del sentido físico del giro. Hay que sacudir las cosas en todos los sentidos para crear un nuevo concepto, consideraba.
La comisaria apuntó que hay otra explicación que se refiere a la religión para entender esta forma de pintar. «Chagall era profundamente judío y esa herencia se refleja en toda su obra. El tiempo es cíclico, no hay fronteras, no hay diferencia entre un animal y un ser humano. Y esta visión intemporal, no situada en un espacio geográfico, influye en su pintura».
Una forma de cambiar
La tercera explicación de este mundo invertido se refiere a que, como otros tantos artistas, pone en tela de juicio la pintura académica. Para él, era una forma de cambiar las cosas. Por ejemplo, el de los autorretratos es una modalidad muy antigua y Chagall la practica, pero a su manera, dándole la vuelta al personaje. «Haré retratos, sí, pero no como los demás», decía.
En la visita guiada que realizó la comisaria con los medios de comunicación, se detuvo primero en el tríptico «Resistencia-Resurrección-Liberación» (que aparece en la fotografía de esta página), ya que esta obra, que al principio era un solo cuadro, resume toda la exposición. Pertenece a la serie «El Cantar de los Cantares», del Musée National d'Art Moderne-Centre Georges Pompidou, y fue pintada entre 1930 y 1935.
Al principio, Lenin estaba ubicado en el centro del cuadro, pero luego ese lugar pasó a ser ocupado por Cristo. Sin embargo, según aclaró Pacoud-Rème, no se trata de un Cristo cristiano. Éste lleva el chal característico que visten los judíos en las sinagogas, muchas veces por encima de su cabeza. «Eso nos dice que es un Cristo sacrificado. Chagall representa en este trabajo los sufrimientos de los judíos».
Se representa a sí mismo a lo largo del cuerpo de Cristo, aparece boca abajo, reafirmando que él también es testigo de ese sufrimiento. Pero en el último cuadro del tríptico hace gala de nuevo de su optimismo. Por encima de la destrucción de los nazis, aún no hemos perdido este mundo, transmite. Aparece su madre, él junto a la mujer a la que ama en una boda con violinista incluido, su hermano que se asoma de la ventana... Hay una especie de torbellino alrededor del círculo, como un corazón que late.
En la sala dedicada a los autorretratos, un hombre gira la cabeza hacia atrás. «Es él -indicó la comisaria-. Se le reconoce porque era un dandi. Iba con un traje estupendo y la chaqueta impecable, pero con la cabeza al revés para ver a su pueblo». Incluso la firma está al revés.
La exposición deja una duda: ¿Chagall era surrealista? No quiso adherirse al grupo, aunque su uso transgresor del color y la absoluta libertad de su obra fueron referencia para muchos artistas del movimiento.
Un personaje enamorado pierde la cabeza literalmente y aparece con una cabeza de mujer, porque es lo que tiene en la mente. Está tan enamorado que hasta le salen senos. Chagall es pura fantasía, referencia para los surrealistas.
Lugar: Sala Kubo-Kutxa del Kursaal (Donostia).
Fecha: Desde hoy hasta el 9 de octubre.
Horario: 11.30-13.30 y 17.00-21.00, tanto días laborables como festivos.
Entrada: Libre.