El Consejo español de Ministros aprobó ayer que los ciudadanos rumanos que quieran trabajar en el Estado español necesitarán un permiso laboral, una decisión que, según el Gobierno, tendrá carácter temporal y no afectará a los que ya están trabajando en ese territorio.

El ministro español de Trabajo, Valeriano Gómez, justificó la decisión señalando que la exigencia de un permiso de trabajo previo es algo que también se aplica en Italia, Estado francés o Gran Bretaña, y agregó que la decisión está vinculada a la situación «excepcional» del mercado de trabajo en el Estado español.

Los sindicatos CCOO y UGT criticaron la decisión adoptada ayer por considerar que la medida «favorece la economía sumergida» y puede «alen- tar y justificar» ciertos discursos xenófobos.