GARA > Idatzia > Kultura

Euskal Encounter, aquellos jóvenes con sus locos cacharros

Nueva edición de la Euskal Encounter en territorio BEC (Bilbao Encounter Centre para la ocasión) con seis mil aficionados a la informática trasteando con toda la artillería por las arterias de internet. Predominan las bermudas, lo masculino y el pelo desordenado. El encuentro, con todo, deja claro que cada año que pasa la mujer cuenta con más presencia.

p052_f01_250x200.jpg

Pablo CABEZA | BARAKALDO

En esta pica de Bilbo en Barakaldo que es el Bilbao Exhibition Centre, luce una tarde espléndida. Veinte grados de temperatura, una caricia llamada sol y unas hermosas nubes revueltas que, de momento, complementan el paisaje y no molestan. Además, la zona, con sus campas y parques, sugiere relajo y paseo. En uno de sus laterales, precisamente, se encuentra el BEC!, que durante cuatro días (desde ayer) va a ser el centro neuronal de los bites y la alta tecnología.

Son las 16.00. Nos dirigimos a la entrada principal del BEC! Ante nosotros doce puertas, todas iguales. Probamos con una, con otra y otra. Todas cerradas. Esto es un video juego y nosotros hemos elegido el roll de reportero. Sabemos que Lara Croft ha debido dejarnos alguna pista para poder dar con la entrada.

Con cara aguda observamos lo que nos rodea, obviamos que un cartel explique por dónde se entra, así no son los videojuegos y, además, no existe tal aviso. Tras varios minutos de trabajo a lo Anacleto, famoso agente secreto, observamos a un tipo que lleva colgando un ramillete de llaves, un abrelatas, un sacacorchos y otros gadgets. Pensamos que éste es el sujeto que nos va a conducir a la entrada y le seguimos a una distancia adecuada para no levantar sospecha alguna.

En un momento dado, el personaje gira a la izquierda y se sale de la pantalla. ¡Ummm!, nos hemos equivocado, esta no era la pista buena. Con el rabillo del ojo observamos con disimulo la situación. Una pregunta indiscreta al personaje inadecuado y nos podemos quedar, por ejemplo, sin la grabadora, necesaria para finalizar con éxito nuestro trabajo. Penalización.

En un asiento vemos a un jubilado dormitando. Nos huele que ahí está la clave. Le preguntamos si conoce la entrada y, efectivamente, nos señala que hay que ir por la puerta trasera, el lado de Retuerto (ya no es Barakaldo). ¡Ya lo tenemos! Pero tenemos que aún hay que caminar un kilómetro para rodear la gran mazmorra.

Por fin hemos llegado a la entrada. Ahí están los cibernautas entrando con sus bolsas de comida, sus enormes cajas con los ordenadores pertinentes. Voy en la dirección correcta.

Atravesamos sin problemas la primera entrada, hacemos lo propio con la segunda. Demasiado fácil. Nos encontramos en la zona alta del recinto. La vista es impresionante. Miles y miles de alienígenas trastean con sus aparatos repletos de luces. Sin duda es la nave nodriza. Aún no hemos bajado, pero allí se cruzan todo tipo de personajes y aparatos. La visión seduce. Es hora de implicarse.

Descendemos las escaleras y vemos diferentes salas alrededor del recinto principal. En cada habitáculo se ofrece una cosa, principalmente oportunidad de jugar con las tecnologías más innovadoras y los juegos de última generación.

Por fin decidimos entrar a la sala principal. Un enorme espacio donde se congregan miles y miles de replicantes. Pero todo no podía ser tan fácil. Seguridad nos para y pregunta por nuestra acreditación. ¡Diantre!, no tenemos ni se nos ha informado de ello. Sin duda una nueva traba a resolver. Sacamos el carné del Lidl, pero no vale. Probamos con la del Travel, Osakidetza, la de Elkar... Nada. El de la puerta impasible. Tipo duro, sin duda. Finalmente recordamos que a primeros de año recibimos una tarjeta del BEC! que no sabíamos para qué servía. Y, mira, era para esto. La enseñamos y en tono bajo nos dice: «con esta sí. Si me la hubieras enseñado desde el principio no habría habido problemas», qué perspicaz.

Dentro del cotarro

Ahora toca aplicar el perfil de reportero para poder seguir jugando. Topamos con un grupo vestido de camuflaje: «Somos de Irun. Nos llamamos Arkanik. Venimos todos los años. Antes éramos un grupo de unos cuarenta, pero ahora, venimos unos quince. Ya sabes, la familia, los hijos...». María Mercero es de Donostia, cada año son más las mujeres que se incorporan a la informática. Voy a estar aquí todos los días. Vengo por todo, es una experiencia. Dormimos en una sala de aquí al lado. En esta silla está Odei, lleva un día y casi no ha dormido». Gonzalo Barrena es de Gasteiz, lleva un ordenador con un añadido en discos duros de más de 20 terabytes. Cabe el mundo entero en semejante espacio. Está feliz. Al lado hay un grupo de Santurtzi. : «Hacemos noche aquí. Hay muy buen ambiente. Estamos cerca de casa, pero da igual. Lo malo es que el agua caliente de la ducha está un poco fría». «Claro -le responde un amigo-, si te levantas a la una del mediodía qué quieres!».

Unos juegan, otros ven el Tour, películas, se bajan «archivos», «esta velocidad es asombrosa», comenta otro aficionado a la informática. Se escuchan vítores a lo lejos. Es la zona de concursos. Han debido de ganar un viaje interestelar.

Salimos del recinto. Estamos de nuevo en la entrada falsa, la principal. Dos chicas espectaculares nos preguntan por donde se entra. Averiguo que son azafatas del evento. «¡Ah! -me digo- yo soy la clave para ellas, por eso he podido salir de la mazmorra sin problemas». Les explico la ruta. Tomo el coche, llego a la redacción, escribo, y misión cumplida con éxito.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo