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Atentados en Noruega

Dos atentados en Noruega provocan al menos 17 muertes

En el plazo de hora y media, la explosión de una bomba en el distrito gubernamental de Oslo y un tiroteo en un campamento juvenil del Partido Laborista dejaron un balance oficial de al menos 17 fallecidos. La Policía arrestó a un hombre de nacionalidad noruega tras el ataque de Utoya.

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GARA | OSLO

La capital de Noruega, Oslo, y la cercana isla de Utoya sufrieron ayer una tarde de caos y sangre debido a sendos atentados. Primero, poco antes de las 16.30, se produjeron «una o varias explosiones» en el corazón del distrito gubernamental de la capital. Posteriormente, sobre las 18.00, una persona disparó de manera indiscriminada con un fusil automático en el campamento de verano anual de las juventudes del Partido Laborista.

En Oslo, el balance oficial era de 7 muertos y decenas de heridos, al menos dos de ellos de gravedad. Respecto a Utoya, al cierre de estas páginas fuentes policiales ya hablaban de al menos 10 fallecidos, si bien un testigo elevaba el número hasta la veintena. «He visto con mis propios ojos al menos 20 muertos tirados en el agua», declaró por teléfono a la agencia Reuters Andre Skeie, de 26 años.

La Policía manifestó que hay «buenas razones» para creer que ambos ataques están relacionados. «Hay testimonios que refuerzan esta idea», declaró ante en rueda de prensa el comisario Sveinung Sponheim.

La secuencia de los hechos comenzó con el estallido de un coche-bomba -aunque este extremo no estaba del todo claro y se habló de «una o dos bombas»- cerca del edificio de diecisiete plantas que alberga las oficinas del primer ministro, Jens Stoltenberg (Partido Laborista), quien en ese momento no se hallaba en su despacho.

Al lado se encuentra la sede del Ministerio de Energía y Petróleo -del cual salían llamaradas- y la del popular rotativo «VG». Las imágenes mostraban todos los ventanales reventados por efecto de la onda expansiva, al tiempo que columnas de humo se elevaban desde diferentes lugares.

Tras la explosión se registraron escenas de pánico por las calles, con personas corriendo, algunas de ellas ensangrentadas. La Policía -que trabajaba con perros adistrados ante la posibilidad de que hubiera más artefactos- acordonó la zona mientras se evacuaban las dependencias gubernamentales aledañas y también la estación central de ferrocarril de Oslo.

Más tarde serían desalojadas las redacciones de la radio pública NRK, así como los periódicos "VG", "NTB", "Aftenposten" y del canal "TV2", y al menos dos grandes centros comerciales de la ciudad.

Los bomberos se esforzaban en tratar de apagar el fuego mientras los servicios sanitarios atendían a los heridos antes de su traslado a centros hospitalarios. La Policía instó a la ciudadanía a «evitar las grandes aglomeraciones y quedarse en sus casas. Es lo más inteligente». Testigos añadieron que el Ejército tomó posiciones alrededor de la ciudad.

Ingunn Andersen, periodista de la cadena radiofónica NKR presente en el lugar, explicó que «las ventanas del edificio del «VG» y de la sede gubernamental están destrozadas. Hay personas tumbadas en la calle sobre la sangre. Hay cristales por todas partes», detalló antes de apuntar que en un primer momento pensó que se había producido «un terremoto».

Con uniforme policial

Mientras llegaban con cuentagotas las novedades sobre este primer atentado se informaba de un tiroteo en el campamento de verano anual que las juventudes del Partido Laborista celebraban en Utoya, pequeña isla a 30 kilómetros al noroeste de la capital.

Al parecer, un hombre disfrazado de agente policial se introdujo en la asamblea argumentando que iba a revisar la seguridad y una vez dentro comenzó a disparar indiscriminadamente contra los allí presentes, más de quinientas personas, con un fusil automático.

El primer ministro Jens Stoltenberg tenía previsto acudir a esta cita, si bien finalmente anuló su presencia. Por la mañana sí que había hablado ante los congregados la ex primera ministra Gro Harlem Brundtland.

Una persona fue posteriormente detenida como presunta autora de los disparos. La Policía temía que se hubieran colocado cargas explosivas en otros lugares de la isla.

El detenido es noruego

Poco después de los atentados comenzaron a publicarse hipótesis sobre la autoría y los motivos. Al principio se apuntó a un atentado islamista, recordando que Noruega es miembro de la OTAN y que había recibido algunas amenazas por su implicación en Afganistán y Libia.

La Policía señaló a primera hora que los autores podrían ser extranjeros, si bien la persona detenida por los disparos contra la reunión de las juventudes del Partido Laborista tiene aspecto nórdico. Según la NRK, los supervivientes de este ataque lo definieron como un hombre rubio de entre 1,85 y 1,90 de altura.

El representante policial Sveinung Sponheim confirmó que es un varón de raza caucásica y que había sido visto en Oslo antes de la explosión. Ya por la noche se apuntaba a «movimientos locales antisistema». El ministro de Justicia e Interior reveló que el arrestado es de nacionalidad noruega.

Antes, «The New York Times» había apuntado a la existencia de un comunicado del grupo yihadista Ansar al-Jihad al-Alami reivindicando el ataque como «respuesta a la presencia noruega en Afganistán». Sin embargo, este grupo se retractó horas más tarde y negó cualquier relación. Con anterioridad, según la televisión NRK, un desconocido grupo llamado Colaboradores de la Yihad Global había asumido los atentados.

El primer ministro llama a mantener la tranquilidad

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, declaró por teléfono tras la explosión a la cadena televisiva TV2 Nyhetskanalen que tanto él como el resto de su gabinete estaban en buen estado de salud, ya que no habían sido afectados. Stoltenberg manifestó que la situación era «muy grave. Aunque se esté bien preparado, siempre es dramático que algo así se produzca». Stoltenberg se mantenía en paradero desconocido por «motivos de seguridad».

El líder del Ejecutivo anunció una reunión de crisis de su Gabinete para la noche de ayer y hoy intercambiará impresiones con los dirigentes de los principales partidos. Emplazó a la población a permanecer «lo más tranquila posible» y le solicitó que siga las indicaciones de la Policía. En declaraciones a la cadena de televisión NRK, dijo haberse sentido «muy impactado» tras visitar uno de los edificios alcanzados por la explosión y remarcó que el fin de estos atentados es «atemorizar a la población».

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. «Condeno en los términos más enérgicos estos actos de cobardía para los que no hay ninguna justificación», señaló en un comunicado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

«Noruega ha aportado buenos servicios a la paz en las regiones más inestables del planeta. Lo último que se merece es un atentado terrorista en su suelo», lamentó el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek.

Desde Estados Unidos, la portavoz del Departamento de Estado, Heide Bronke Fulton, expresó su condena por «estos odiosos actos de violencia. Nuestros corazones están con las víctimas y sus familias, hemos contactado con el Gobierno noruego para expresarle nuestras condolencias».

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, condenó «en los términos más enérgicos posibles los atroces actos de violencia en Noruega. Me gustaría expresar mis más sinceras condolencias al Gobierno noruego, al pueblo noruego y a las familias y allegados de aquellos que han sufrido estos actos crueles y cobardes». GARA

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