El ex presidente de la República Serbia de la Krajina y presunto criminal de guerra Goran Hadzic, último prófugo de las guerras de los Balcanes detenido el miércoles en Serbia, se encuentra ya bajo custodia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), en La Haya, donde será procesado por catorce cargos. El ex general y líder de los serbios de Croacia, que se encuentra en la prisión del TPIY, comparecerá el lunes ante la Justicia internacional.

A su llegada a las dependencias del Tribunal, donde se le tomaron sus huellas digitales, se le fotografió y estaba previsto que fuera sometido a un examen médico, Hadzic fue informado de sus derechos y tuvo la oportunidad de hablar con un abogado, ante de ser recluido en una celda de aislamiento. «Vamos a ofrecerle la mejor atención médica posible y la manera de preparar su defensa», indicó John Hocking, secretario del TPIY.

Según informó AFP, antes de partir hacia La Haya y de que fuera trasladado a la localidad de Novi Sad, de donde desapareció en 2004, para visitar a su anciana y enferma madre.

Capítulo cerrado

El fiscal del TPIY, Serge Brammertz, afirmó ayer que con la detención del ex general «se ha cerrado el capítulo de los fugitivos» perseguidos por sus crímenes durante las guerras de la antigua Yugoslavia, pero «no el de los crímenes cometidos», ya que aún quedan «cientos o miles de potenciales responsables». Admitió que para muchos su arresto quizás no era tan importante como los de Milosevic, Karadzic y Mladic, pero aseguró que «fue una figura política importante durante el conflicto» y que los crímenes que cometió son graves».

Brammertz felicitó a las autoridades serbias al tiempo que recordó que el TPIY ha pedido explicaciones a Belgrado sobre las circunstancias en las que se produjo la detención y sobre cómo ha sido posible que haya permanecido prófugo de la Justicia durante siete años, informó Efe.

El TPIY procesará a Hadzic por 14 cargos que incluyen crímenes de guerra y contra la Humanidad bajo la acusación de exterminio, asesinato, tortura y deportación de miles de civiles croatas con el fin de crear una zona de dominación serbia. Se calcula que el ex general ordenó «el exterminio o asesinato» de cientos de croatas y la deportación de más de 27.000 personas.