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Veinte largos años de duro trabajo

El australiano Cadel Evans reconoció al hacerse con el maillot amarillo de la ronda gala que «no me lo creo, llevo tanto tiempo concentrado en ganar...».

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El cúmulo de sentimientos encontrados era más que palpable entre los corredores del pelotón al término de la penúltima etapa del Tour. El más feliz, cómo no, era el australiano Cadel Evans, que después de tanto intentarlo, subirá al podio de París vestido con el maillot amarillo.

«No me lo creo, llevo tanto tiempo concentrado en ganar...», aseguró el australiano, virtual vencedor. «He tenido momentos difíciles -siguió explicando Evans-, los hermanos Schleck me han atacado y Alberto Contador también. En el Télégraphe tuve un problema mecánico, pero no me puse nervioso, mantuve la calma y asumí mi responsabilidad».

También comentó que el éxito es el fin de un objetivo que se marcó hace 20 años, cuando por primera vez vio la ronda gala en la televisión. «Desde entones mucha gente ha creído en mí y se lo quiero agradecer y dedicar. En especial a Aldo Sassi», dijo con la voz quebrada en referencia a su entrenador, fallecido en diciembre pasado por un cáncer de cerebro. «Me dijo el año pasado que si ganaba el Tour demostraría que soy el mejor ciclista de mi generación. Este año hemos pasado muy cerca de donde él vivía y me emocioné. Me hubiera gustado que estuviera aquí», señaló.

Respecto a la contrarreloj, el australiano fue fiel a su fama de metódico, ya que madrugó para preparar la etapa de su vida. «Todavía había fiesta en la discoteca del hotel», bromeó. Y de la misma manera se mostró al saber que el primer ministro de su país ha declarado la jornada de hoy como fiesta nacional. «Si eso ayuda a la economía del país..», respondió Cadel Evans.

Martin, mejor que en la Dauphiné

Otro de los hombres felices era Tony Martin. El ganador de la contrarreloj tuvo que cambiar de objetivo a lo largo del Tour. «Había venido con la ambición de ganar la clasificación general, pero luego comprendí que no tenía posibilidades. A partir de ahí, sólo tuve una idea en la cabeza: llevarme esta contrarreloj», indicó el corredor alemán.

El del HTC ya venció en esta misma prueba en la Dauphiné Liberé, pero reconoció que en el día de ayer «estaba más fuerte. Me he sentido con buenas piernas desde el inicio. Rápidamente he encontrado mi ritmo de crucero y he conseguido subir todos los repechos bastante rápido. Luego en las bajadas tenía una buena velocidad. Lo he pasado mal durante la crono de Cadel Evans. Al principio contaba con una buena ventaja pero rápidamente ha ido acortando distancias a siete segundos. En el último kilómetro me preguntaba si no sería más rápido que yo. Ha sido muy estresante».

Como lo fue también para el francés Pierre Rolland, que al final se llevó el maillot blanco del mejor joven: «Todo el mundo en el equipo me decía `vas a tener este maillot blanco', les respondía que iba a darme mala suerte. Lo conseguí y ahora voy a estar sobre el podio de los Campos Elíseos. Son días magníficos, los más bellos de mi carrera», recalcó el corredor.

El de Europcar no lo tenía nada fácil ayer, pero «mi principal cualidad es la recuperación. Sobre el papel, Taaramae era más fuerte que yo. Al fin, mi radio se desconectó, no sabía más las diferencias. Fui al límite».

Andy Schleck era la cara opuesta. El corredor del Leopard rozó un año más la victoria final en la ronda gala, pero se le escapó en la contrarreloj. «Estoy decepcionado porque quería ganar este Tour, no tenía otra cosa en mente. Pero sólo tengo 26 años, volveré y lo haré para ganar», dijo el luxemburgués.

El líder de su equipo indicó que no tiene nada que lamentar porque lo ha dado todo. «No vuelvo a casa como un perdedor, estoy orgulloso de haber sido segundo y de subir mañana al podium con mi hermano».

Igual de decepcionado, o un poco menos, se mostró Thomas Voeckler, líder durante varias jornadas. «El balance de este Tour es genial. Estoy un poco decepcionado, por supuesto, acariciaba el sueño, pero precisamente es un sueño y esto quiere decir que no es inaccesible. Todo lo que necesito es un sitio [en el podio] para que la felicidad sea perfecta», señaló.

Por último, el madrileño Alberto Contador tuvo un gesto profesional al reconocer que «Cadel Evans se merece el Tour y es un digno vencedor. Su forma de correr no es espectacular, pero ha demostrado estar muy fuerte, ha disputado etapas, hoy [por ayer] ha hecho una gran contrarreloj y es justo ganador».

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