UDATE: CRÓNICA I DONOSTIAKO JAZZALDIA
Jazzaldia presenta al Museo San Telmo, la Plaza de la Trinidad está celosa
La Trinidad es el epicentro de las esencias jazzísticas del certamen donostiarra, el emplazamiento más emblemático de Jazzaldia; hasta que esta presentó, anteayer, el remozado Museo San Telmo como novedad. Un escenario mágico para tener en cuenta en adelante.
Anartz BILBAO I
Medianoche del viernes, el Museo San Telmo viste sus mejores galas para debutar en el Jazzaldia con una propuesta insólita, tres conciertos casi a la misma hora en tres emplazamientos contiguos, con la intención de que cada aficionado deambule por el museo y eliga la propuesta más acorde con su interés.
El primer concierto comienza a las 0.30, pues es indispensable que espere a la finalización del evento de su hermana mayor, la Plaza de la Trinidad (para que el sonido no se solape). El claustro luce espectacular, con un pequeño escenario enfocado por luces tenues, destacando los arcos como telón de fondo, mientras el público abarrota las filas de asientos que se han colocado en el centro, encima del cesped. En escena el cool Lloyd Cole (ex Commotions) acompañado de su Small Ensemble, compuesto por Mark Schwaber (guitarra y mandolina) y Matt Cullen (guitarra y banjo). El sonido es perfecto, no existe ruido de ambiente como en la Trini y la expectación es total, con un público exigente y expectante que ha agotado todas las entradas (15 euros para las tres propuestas).
Lloyd suena exquisito, con elegante voz, y el concierto discurre plácido, cuando abandonamos el espacio para acudir al patio que separa lo nuevo de lo viejo. Si alguien no entiende este espacio del museo durante el día, que lo observe de noche, con los agujeros de la pared iluminados; espectacular.
Allí actuará la pelirroja escandinava Kristin Asbjornsen, pero una decisión de última hora retrasa el concierto de las 0.45 hasta la finalización del de Cole, también por no mezclar sonidos. Sorprendentemente son casi las 2.00 cuando sale a escena, pero un público adulto y en su mayoría extranjero aguarda para disfrutar con su jazz étnico de raices nórdicas.
Con la inclusión del Museo San Telmo en escena, se sabe cuándo comienza cada jornada de Jazzaldia, pero no así cuando acaba. De hecho, al dejar el museo atrás, en la noche del viernes, el reloj marca ya las 3.00 de la madrugada. En las calles, sin embargo, aún hay ganas de fiesta.
El experimento, dada su belleza, es un éxito total para el espectador –esperamos que también lo sea para la organización–. Demos la bienvenida al MST al Jazzaldia, a pesar de que la también renovada plaza de la Trinidad, que luce en todo su explendor, tenga motivos para sentirse celosa.
Entre medio, en la sala ha actuado, a partir de la 1.00, el espectacular cuarteto Mostly Other People Do the Killing, proveniente de Nueva York.
Entre el free y el surrealismo, un batería aporrea con rapidez su instrumento como si estuviera ciego, hasta que con tanto meneo pierde sus gafas. Al lado, vestido como el día de su graduación, está un contrabajista con cara de chico bueno. No nos engaña, es el artífice del artefacto, el que puso en marcha a la fiera. Delante de él, un trompetista sopla con fuerza la trompeta, sin preocuparse de que sus zapatos marrones, el pantalón gris y la chaqueta azul clara casen poco, le falten botones a la americana y tenga ronchones en el polo. A su lado, un saxofonista de origen asiático se hace a un lado del escenario como si la cosa no fuera con él, con la intención baldía de pasar desapercibido. Son MOPDtK, un cuarteto sorprendente que vacía la sala mientras entusiasma a los más extravagantes, que a las 2.00 todavía conti- núan allí.
La banda la componen Kevin Shea a la batería, John Irabagan al saxofón, Moppa Elliott al contrabajo y Peter Evans a la trompeta. Y, aunque a ratos parezca que nos están tomando el pelo, su excéntrica puesta en escena tiene un punto fascinante.
El mismo emplazamiento acogió anoche las propuestas musicales de John Scofield Quartet (con Mulgrew Miller, Scott Colley y Bill Stewart), la de Jan Bang, quien presenta su proyecto “Poppies from Kandahar”, y René Marie, cantante afroamericana que repetía actuación tras deleitar a miles de entusiastas espectadores el viernes en el Espacio Frigo, acompañada de Kevin Bales, Kevin Hamilton y Quentin Baxter.
Marie actuó anoche en el patio que comunica el nuevo museo con la parte antigua del mismo. En rueda de prensa ofrecida al mediodía, la cantante, que comenzó a cantar jazz a una edad tardía, con 42 años –actualmente tiene 55– reconoció haberse reconciliado con su país –los Estados Unidos– con su último lanzamiento discográfico, tras sus desavenencias por su pasado de discriminación respecto a la raza negra.
Hoy
Las noches del Museo San Telmo acogen hoy la tercera y última jornada, con otra propuesta singular, en la que, a partir de medianoche, Jan Garbarek acturá en la iglesia de San Telmo, en un concierto acústico y sin micrófonos, al que no se podrá acceder una vez se inicie.
Exponente del más original jazz europeo, el saxofonista Garbarek debutó con ECM en 1970 y ha producido una obra admirable. De sus últimos proyectos destacan las colaboraciones junto a The Hilliard Ensemble, con “Officium” de 1993, “Mnemosyne” de 1999 y “Officium Novum” de 2010 como resultados, donde Garbarek mezcla improvisación con coro gregoriano.
En Donostia actuará en quinteto, junto a David James (contratenor), Rogers Covey-Crump (tenor), Steven Harrold (tenor) y Gordon Jones (barítono).
Además, en los conciertos secretos que la organización desvela con un día de antelación (a medianoche se publica en Facebook quién, dónde y cuándo actuarán) también tiene intención de utilizar el museo como emplazamiento. El primer directo tendrá lugar hoy, a las 1.00.