El corredor andaluz Juan José Lobato y la ascensión al repecho de Txomintxu -novedad con la que los organizadores trataron de evitar el habitual sprint masivo de todos los años en el Muelle de Arriluze- se estrenaron ayer de la mano. El corredor del Andalucía consiguió inaugurar su palmarés profesional tras imponerse en la última ascensión a la cota de Aiboagane que cambió la fisonomía de la veterana prueba getxoztarra.

Aunque viendo a Philippe Gilbert el sábado en Donostia pareciera tan sencillo, la 66 edición del Circuito de Getxo-11º Memorial Ricardo Otxoa demostró lo complicado que resulta ganar una carrera, por muy favorito que uno sea. Si en la Clásica todas las miradas estaban fijas en el ciclista valón del Omega Pharma Lotto, ese novedoso repecho final de Txomintxu hizo que Purito Rodríguez fuera el ciclista al que apuntaban todas las quinielas. Su equipo, el Katusha, trabajó duro para dejarle bien colocado, pero el ciclista catalán se vio superado por el gaditano del Andalucía y por el francés Stephane Poulhies (Saur Sojaun), que había lanzado un ataque a 500 metros de meta.

Purito Rodríguez, que a tres semanas del comienzo de la Vuelta a España no termina de alcanzar el punto necesario para ganar, lo intentó, pero su demarraje final no fue suficiente para hacerse con el triunfo.

A gran velocidad

A pesar de que el exigente último repecho varió sensiblemente la fisonomía de una prueba que ha venido siendo coto casi exclusivo de sprinters, la carrera se desarrolló a gran velocidad, con una media final que superó los 44 kilómetros por hora.

Como casi siempre, las hostilidades se desataron prácticamente desde el banderazo de salida, con el Andalucía muy presente en casi todas las escaramuzas, dejando constancia de que vinieron a por la victoria, ya fuera desde lejos o en el sprint final, como acabó sucediendo.

No obstante, tras un buen número de intentos de fuga en la primera mitad de carrera, Rubén Martínez (Caja Rural), Dalivier Ospina (Colombia es Pasión), Xabier Zabalo (Orbea) y Kenny de Ketele (Topsport Vlaanderen) protagonizaron la escapada «buena» de la jornada, tras el sexto de los diez pasos por meta programados.

Después de un par de giros rodando juntos con un minuto de ventaja sobre el pelotón, Rubén Martínez demostró ser el hombre más fuerte del cuarteto de fugados, con un poderoso ataque que lo mantuvo en cabeza hasta que fue cazado a solo cinco kilómetros de la meta.

Euskaltel Euskadi -que quería probar el estado de Igor Antón y Mikel Nieve, tras lograr grandes victorias en el Giro- y Katusha, jugándoselo todo a la carta de Joaquín Rodríguez, asumieron la responsabilidad del trabajo de persecución, sacrificando para ello a dos corredores como Rubén Pérez y Horrach.

Con la meta tan cerca, el equipo de Dmitry Konychev y Mario Scirea, bastante necesitado de victorias a estas alturas de temporada, asumió el control del pelotón y no permitió más fugas hasta el comienzo de la última ascensión a Txomintxu.

El francés Stephane Poulhies fue el primero en tomar unos metros de ventaja en la exigente última ascensión, con pendientes de hasta el 8%, pero se vio rebasado por Juan José Lobato, un corredor que no entraba en los pronósticos, pero en quien su equipo había depositado gran confianza tras quedar segundo en varias ocasiones.

A Joaquín Rodríguez, que regresó a la competición en Ordizia, le faltó algo de chispa para culminar el trabajo de su equipo, mientras que Euskaltel se quedó sin finalizadores y Peio Bilbao fue su mejor hombre en el sprint del grupo, terminando en decimotercera posición. Beñat Intxausti, séptimo, fue el mejor corredor vasco.