GARA > Idatzia > Iritzia> Azken puntua

Iñaki LEKUONA | Periodista

Síndrome servil

Fue en 1979 cuando, por primera vez y a la tiesa edad de 46 años, Bernadette Chirac lograba su elección en el Consejo General de Corrèze, al norte de Occitania. Llevaba ya seis primaveras como edil de Sarran, municipio donde el matrimonio Chirac habría adquirido el Château de Bity, pero la buena de Bernadette ambicionaba un poquito más. De ahí que se lanzara al cuadrilátero departamental, con gran éxito por cierto: ya sea por méritos propios o ajenos, madame Chirac lleva 32 años seguidos acomodada en ese sillón.

En las últimas cantonales, su nueva victoria fue anulada por los tribunales a cuenta de un mal recuento. Pero a sus 78 abriles, esta señora de origen privilegiado acaba de anunciar que volverá a presentarse en el escrutinio que se repetirá en septiembre. Poco importa que los Chirac no residan desde hace décadas en su palacio nobiliario de Sarran. Lo importante es perseverar en el cargo mientras así lo quieran los electores. Y durante tres décadas, así lo han querido.

El Château de Bity fue de los pocos que no acabaron calcinados en una revuelta que prendió en toda Francia dos semanas después de la toma de la Bastilla, en la noche del 4 de agosto de 1789, en un incendio general que culminó días más tarde con la abolición de los privilegios. Hoy, 222 años después, este palacio reconvertido en residencia secundaria tampoco arderá. Primero, porque para encontrase deshabitado está excesivamente vigilado: 420.000 euros de dinero público cuesta al año. Pero sobre todo, porque hay quien por un incomprensible síndrome servil se obceca en mantener privilegios ajenos, como los electores de Corrèze. Como tantos otros en este país.

 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo