
La solvencia de EEUU ya ha quedado tocada
El Senado de Estados Unidos acapar� ayer la atenci�n de buena parte de la comunidad internacional, pendiente de las negociaciones entre dem�cratas y republicanos sobre el techo de la deuda. Los �ltimos d�as est�n siendo angustiosos en Washington, donde ambas partes son conscientes de que la falta de acuerdo y una eventual declaraci�n de cese de pagos colocar�a al gigante norteamericano en una situaci�n insostenible, tanto en el �mbito pol�tico como econ�mico. Durante toda jornada de ayer se especul� con un principio de acuerdo que podr�a someterse a votaci�n a primera hora de la tarde pero, llegado el momento, la propuesta del l�der dem�crata Harry Reid qued� lejos de los 60 votos que necesitaba y un escalofr�o recorri� todo el mundo.
Durante a�os, la decisi�n de elevar el techo de gasto ha sido un tr�mite parlamentario, donde ninguno de los grandes partidos ha bloqueado la acci�n del Gobierno. As�, George Bush tuvo luz verde en sus dos mandatos para endeudar la econom�a estadounidense hasta l�mites insospechados cuando accedi� a la Casa Blanca. Pero, en esta ocasi�n, a la cercan�a de las pr�ximas elecciones presidenciales se le ha sumado la irrupci�n del Tea Party, aut�ntico poder f�ctico en el Partido Republicano. El Grand Old Party ha conjugado en su siglo y medio de historia una pol�tica social muy conservadora, sobre todo a partir de las primeras d�cadas del siglo pasado, con una visi�n econ�mica liberal, acentuada en los �ltimas a�os, siempre estrechamente ligada a los intereses de las grandes corporaciones. Ahora, sin embargo, los congresistas ligados al movimiento que se dice sucesor de los �padres fundadores� ni siquiera parecen atender a las razones de Wall Street y han colocado a Estados Unidos al borde del abismo.
Al cierre de esta edici�n dem�cratas y republicanos segu�an tratando de cerrar un acuerdo, y fuentes de ambos partidos aseguraban que no dejar�an que su pa�s pasara la humillaci�n de declararse en bancarrota. Pero son conscientes de que aun con acuerdo, la credibilidad y la solvencia de la primera potencia mundial ha quedado muy tocada. Y su declive se ha acelerado.