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Francis Rossi | Guitarra, voz y compositor de Status Quo

«El que acota sus propias perspectivas musicales tiene un pensamiento inútil»

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Lorenzo SANZ/Pablo CABEZA | BILBO

Están a unos meses de cumplir su 45 cumpleaños y a cincuenta de la primera banda en la que militó Francis Rossi (líder de la formación y único miembro inicial en activo), The Spectres, donde también se hallaba el bajista Alan Lancaster, quien decidió abandonar el proyecto a mediados de 1985.

Status Quo se forma en Londres en 1967. Un año después debutan con «Picturesque matchstickable messages from Status Quo», cargado de sicodelia. Disco que se encuentra entre las obras de calado dentro del flipante estilo. Pasados un par de años, los Quo descubren el boogie y el rock and roll e inician una vertiginosa carrera de canciones optimistas donde destaca la sencillez de la estructura y la inspiración melódica. Con esos referentes llega «Quid Pro Quo», que sigue escribiendo, de manera brillante, la historia de estos colosos del ritmo.

Hace tiempo le dijeron que desde la década pasada siempre escribía lo mismo.

Alguien me dijo que desde «Heavy traffic», de 2002, no habíamos grabado nada digno de nuestra leyenda y calidad. Entiendo que hay opiniones para todo, pero personalmente pienso que Status Quo es un estándar del que, incluso nosotros mismos, hemos sabido mirar el lado más humorístico, cuando decidimos titular a nuestro anterior trabajo «In search of the four chord» («En busca del cuarto acorde»), haciendo clara alusión a que nuestras canciones usan los patrones de rock and roll y que no pasan de ahí. Por lo tanto, «Quid Pro Quo» es un trabajo en el que no innovamos, no buscamos hacer nada nuevo y que puede considerarse una continuación de lo que los fans están acostumbrados a escuchar de nosotros. Esto es lo que somos y lo que nos gusta hacer y «Quid Pro Quo» será el disco perfecto para los fans de la banda, ya que es otro pedazo de nuestra alma, puesto al servicio de la historia y de todo aquel que entienda que debe seguirnos y escucharnos por convicción propia.

Parece que son prejuicios sobre un estilo o forma musical.

Créeme, la música es música y, en realidad, no importa lo que la gente piense sobre un determinado estilo musical o sobre la imagen de un músico en particular. Todo aquel que acota sus propias perspectivas musicales tiene un pensamiento inútil. Hace algún tiempo, un alemán me dijo que no debería de gustarme ABBA, y eso es absurdo. Me gusta la buena música y no me planteo de dónde viene o por qué, sencillamente me gusta y es suficiente.

¿Qué es lo más loco que recuerdas haber hecho con Quo?

No imaginas la cantidad de anécdotas de las que podría echar mano. Nuestra historia es muy larga. No obstante, una de las cosas más extrañas que recuerdo haber hecho es tocar en un tren mientras viajábamos por Australia. Hemos hecho giras por bares exclusivamente de pueblo. Publicamos un disco Navideño con Rolf Harris... Supongo que, al final, en determinados momentos tomas decisiones que ayudan a mantener vivo el espíritu de la banda y se dan pasos al frente, sean pequeños o grandes.

El año pasado le nombraron Oficial de la Orden del Imperio Británico, ¿que se siente ante algo así?

Sólo puedo decir que me siento muy honrado y que tanto para mí, como para mi familia, es un honor completo. Dicen que este año quizá se lo den al actor Colin Firth, quizá uno de los más prolíficos y significativos artistas británicos con más de un pie en el cine americano. Es un placer llevar a cuestas la bandera de Inglaterra y honrar a mi país allá donde vaya. Como digo, este reconocimiento es uno de los galardones más importantes que puede recibir un persona en su vida y me siento muy honrado por ello.

¿Podría decirse que por esos u otros motivos, en una biografía tan intensa, es como uno de esos récords que debieran estar el libro Guiness?

Bueno, hay más razones evidentes. Somos una banda que ha vendido 118 millones de discos, que ha grabado 64 hit singles en cinco décadas diferentes y que nos hemos consolidado como una firme institución británica. Bajo estas circunstancias, la respuesta debería ser sí. De todas formas, me gustaría aclarar algo que creo que es importante, nunca he permitido que mi ego se saliera de control y nunca he permitido que mi popularidad me cargase las espaldas con cosas que nunca he querido acarrear.

¿Qué es lo que más le debe a su vida profesional?

El hecho de que todavía estamos aquí, todavía giramos y todavía podemos entregarnos al cien por cien. En mi caso, ya no sólo con Quo, sino con mi proyecto en solitario, que también lo cuido con detalle. De todas formas, no es algo sobre lo que me guste mucho pensar, sobre todo porque uno se va dando cuenta de muchas cosas a lo largo de la vida y todas y cada una de ellas tienen un sentido dentro de un contexto en particular. Salirte de esa línea del tiempo, puede llevar a equívocos. Tampoco puedes hacer mucho con lo que determina cada momento. Las cosas no siempre son ni pueden ser igual. Llega un momento en el que quieres seguir dándolo todo y, a veces, eres consciente de que ni se venden los discos que se vendían antes, ni la crisis permite que podamos girar como en décadas anteriores. Sin embargo, necesito creer que puedo continuar haciendo lo único que sé y lo único que amo, la música.

¿No comienza a sentirte demasiado viejo para el r'n'r?

Si fuese así, ya lo habría dejado, pero no, todavía me siento con muchas ganas de hacer cosas, ya no solo con los Quo, sino como artista en solitario. Fíjate que, en los últimos dos años, he sacado mi disco en solitario «One step at a time», el directo «Live at St. Luke´s London» y ahora el nuevo disco de Quo, «Quid Pro Quo». Definitivamente, no diría que estoy viejo para el rock and roll.

¿Tampoco cambian sus hábitos del día a día, todo sigue igual?

Hay cosas que he hablado con mi mujer en los últimos años y que, de alguna forma, constatan que ya no soy un chaval y soy consciente de ello. Tengo 62 años y hace algún tiempo mi mujer Eileen y yo nos mudamos a Purley, Surrey, en Inglaterra. Lo hicimos porque cada vez perdía más sentido vivir en una casa de diez dormitorios, cuando ninguno de mis ocho hijos viven ya en casa. Para algunos asuntos personales, la propia vida se encarga de recordarte que estás en un nivel vital concreto, pero salvo esos ajustes, más propios de la comodidad personal, que de un estímulo vital por parecer viejo, además de empezar a serlo, tengo que reconocer, con orgullo, que ese no es mi caso. Soy una persona que cuando no estoy de gira con la banda o bien con mi proyecto en solitario, suelo hacer muchísimo deporte, lo que considero que es una de las claves para seguir en forma y para eludir cualquier sensación de ser prisionero de un cuerpo físicamente descuidado.

SIN COMPLEJOS

«Hace algún tiempo, un alemán me dijo que no debería de gustarme ABBA, y eso es absurdo. Me gusta la buena música y no me planteo de dónde viene»

FIDELIDAD

«'Quid Pro Quo' es un trabajo en el que no innovamos, puede considerarse una continuación de lo que los fans están acostumbrados a escuchar de nosotros»

RAREZAS

«Una de las cosas más extrañas que recuerdo haber hecho es tocar en un tren mientras viajábamos por Australia»

DEPORTE

«Soy una persona que cuando no estoy de gira con la banda o con mi proyecto, suelo hacer muchísimo deporte»

sin apartarse un milímetro de su estilo, status quo continúa pleno de inspiración

Mientras que la fidelidad a un estilo ha valido para Ramones, Motörhead y otro buen número de bandas, para los Quo, en parte, ha sido un lastre. Sin embargo, son millones los que han seguido sus canciones, aficionados al rock and roll de calle despreocupados por las últimas tendencias. Es posible que no se farde escribiendo su nombre entre tus bandas favoritas, pero aquí apostamos por ellos y por su legado. Puede que sencillo, puede que común, pero hay que tener mucho talento para aguantar recios durante tantos años y décadas, además de escribir decenas de impecables ejercicios del mejor rock and roll posible.

Han editado cerca de 80 singles y vendido millones y millones de ejemplares. Álbumes como «Hello», 1973, «On the level», 1975, «Blue for you», 1981», «1982», del mismo año, fueron número uno en Gran Bretaña, más cinco álbumes que se quedaron entre el puesto 2 y 3 de las listas de éxito. Queda claro que su historial es espléndido.

Rossi habla en la entrevista de algunas críticas que inciden en su reiteración estilística. Riéndose de quienes realizaban esa estimación y, de paso, de ellos mismos en 2007 salió «In search of the fourth chord» («En busca del cuarto acorde»). Irónica punzada con respecto a que sólo utilizaban tres acordes. El resultado fue un disco de canciones impecables. Todas con esa inmediatez que sólo los Status Quo pueden imprimir a sus creaciones. Con «Quid Pro Quo» vuelven a defenderse de esas críticas atacando con un álbum puro Quo. Parece insólito, pero hay catorce canciones nuevas, más una versión, recuperan «In the army now», que suenan inmejorables, inspiradas y, precisamente, con el agradecido raca raca de siempre. Pablo CABEZA

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